21 de octubre de 2022
Sandra Janeth Rivera y Camilo Moreno tienen 35 años de matrimonio y son padres de cinco hijos: cuatro mujeres y un hombre. Han vivido toda la vida en Barrio Nuevo, en el municipio de Bello, en el norte del valle de Aburrá. Aunque Sandra y Camilo tuvieron solo cinco hijos, que ya están grandes, hoy tienen bajo su cuidado amoroso a un niño de diez años que les dice “papá” y “mamá”.
Se llama Sebastián y fue el primer nieto de la casa. Es hijo de Daniel Moreno, que ya no está para cuidarlo, no al menos desde la Tierra. Daniel, el único hombre entre los cinco hijos de Sandra y Camilo, se suicidó en junio del 2018 para acabar con una vida de tormentos. Según sus padres —que cuentan su historia para que no quede en el olvido—, Daniel nunca pudo recuperarse del abuso sexual del que fue víctima cuando era un niño por cuenta del sacerdote Héctor Adolfo Serna Cardona.
Serna Cardona fue ordenado sacerdote en 1996. Antes de llegar a la parroquia San Juan de Ávila en 2004, donde abusó de Daniel Moreno, trabajó en otras cinco parroquias y fue capellán de dos instituciones educativas, la Normal de Señoritas de Copacabana y el Colegio Jesús María, de Medellín. También fue capellán del Batallón Pedro Nel Ospina. En ocho años tuvo ocho lugares de trabajo diferentes.
Por influencia de su abuela, Daniel se sumó a las actividades religiosas que adelantaba el sacerdote Serna Cardona. Lo hizo con gusto hasta que un día, sin aparente razón, no quiso volver más. Así empieza su historia, que terminó en tragedia.