Las mentiras del arzobispo de Barranquilla
28 de septiembre de 2022

Hace dos semanas, el 14 de septiembre, Bajo Reserva publicó la denuncia de Faber Hernán Carrillo, un feligrés que le donó a la Arquidiócesis de Barranquilla un apartamento para que lo vendiera y construyera un seminario que forme a sacerdotes en el Camino Neocatecumenal, un movimiento apostólico que existe en Colombia desde la década del 70.
Carrillo denunció que el arzobispo de Barranquilla, Pablo Emiro Salas Anteliz, en lugar de vender la propiedad, avaluada en 333 millones de pesos, se llevó a su hermano a vivir al apartamento.
El apartamento fue donado el 30 de diciembre de 2019, tiene 84 metros cuadrados y está ubicado en el edificio Soho 85, en el norte de Barranquilla. Faber Hernán Carrillo busca que la Arquidiócesis de Barranquilla le devuelva la propiedad porque fue utilizada con fines diferentes a los de la donación.
Cuatro días después de la publicación, el arzobispo de Barranquilla, monseñor Pablo Emiro Salas, respondió con un comunicado en el que acusa a Vorágine de publicar información falsa.
En el comunicado que divulgó la Arquidiócesis de Barranquilla en redes sociales, el arzobispo dice que no fue abordado ni se le pidió ninguna explicación verbal o escrita sobre el caso. Vorágine le envió dos correos electrónicos al arzobispo, el primero el 7 de septiembre, una semana antes de publicar la historia, y el segundo el 12 del mismo mes. No respondió ninguno de los dos.
El señor Melquiades Salas, hermano del arzobispo, también fue contactado, pero no dio respuesta alguna..
En el comunicado, el arzobispo de Barranquilla dice que es “falso y calumnioso” el titular de la historia: “El apartamento que fue donado a la Arquidiócesis de Barranquilla y terminó en manos del hermano del arzobispo”. Pero en ninguna parte del documento de tres páginas niega que su hermano Melquiades haya vivido en el apartamento.
Y hace bien el arzobispo, porque aunque afirma sin sustento que la información es falsa, en un audio que le envió Melquiades a la administradora del edificio Soho 85, él mismo afirma que sí vivió en el apartamento que le donó Faber Hernán Carrillo a la Arquidiócesis de Barranquilla.