El ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano, justificó el bombardeo a un campamento de disidencias de las Farc en el Guaviare, en el que había menores de edad, con el argumento de que una vez están en la guerrilla, los niños y niñas que son reclutados a la fuerza pasan a ser “máquinas de guerra”. En realidad, esos menores son doblemente víctimas: primero por culpa de los grupos ilegales que los obligan a tomar las armas y, luego, por culpa del Estado, que debería protegerlos.
12 de marzo de 2021
Por: Angie Pik