11 de abril de 2021
erminó la novela del senador Julián Bedoya en la Universidad de Medellín. Después de un proceso que duró dos años, las directivas de ese centro académico decidieron retirarle el título de abogado al congresista liberal.
La decisión se cocinó en la Consiliatura, que es el máximo órgano de la universidad, y que en un primer momento comisionó un informe que elaboraron tres consiliarios. El documento de 57 páginas se conoció el 27 de noviembre de 2020 y fue una investigación administrativa de la Comisión Tercera de Asuntos Disciplinarios de la Universidad de Medellín que, después de estudiar más de 3.000 folios, pidió que le retiraran el título de abogado al senador Julián Bedoya porque este fue «expedido irregularmente por la universidad».
La comisión investigadora encontró que hubo fraude en todo el proceso, desde los reingresos de Bedoya Pulgarín en 2014 y 2018, hasta la presentación de los exámenes y otros requisitos para obtener el título de abogado, incluyendo la coautoría en la investigación del profesor Jhon Mario Ferrer Murillo, que hicieron pasar como trabajo de grado.
El senador Bedoya se graduó el primero de marzo de 2019, en una ceremonia que presidió el entonces rector Néstor Hincapié, a quien la Fiscalía le imputó cargos por falsedad en documento público, precisamente por este caso. La medida también cobijó a Yolanda Cossio, secretaria académica de la Facultad de Derecho; Juan Felipe Hernández, subsecretario general de la universidad, y cuatro profesores, entre ellos Ferrer Murillo, quien fue despedido de la Universidad de Medellín, pero cayó parado en la Alcaldía de Medellín como uno de los abogados de cabecera del alcalde Daniel Quintero, amigo y aliado político del senador liberal.
Luego de que el informe fuera evaluado por el órgano rector, decidieron que era el Consejo de la Facultad de Derecho el que se tenía que pronunciar disciplinariamente en primera instancia. Para esto conformaron una “Comisión Especial” nombrada por el Consejo de la Facultad, para que evaluara el contundente informe que comisionaron los consiliarios y que determinó que el título de Bedoya Pulgarín se había entregado de forma fraudulenta. La Consiliatura también decidió darle una segunda instancia al senador Bedoya, a cargo del Consejo Académico.
La institución educativa demandará ante el Consejo de Estado el auto que lo graduó. En la apelación, Bedoya recusó a uno de los integrantes de la Comisión, el profesor Juan Sebastián Tisnés Palacio, por ser un juez de la República. La pelota está ahora en el Consejo Académico, que tendrá que responder los recursos que interpuso el congresista liberal**.
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Historia de una mentira
En marzo de 2015, Bedoya Pulgarín todavía no era abogado, pero así se presentaba. En ese momento era representante a la Cámara. En un programa con Yamid Amat, cuando asumió la investigación del caso del magistrado Jorge Pretelt en la Comisión de Acusación, el periodista le preguntó si era abogado y Bedoya respondió, como en todas sus entrevistas, en primera persona del plural: «Estudiamos derecho en la Universidad de Medellín».
—¿Usted es abogado?—, le replicó Amat.
—Sí señor. Sí señor—, respondió Bedoya sin sonrojarse.
Tras ser expulsado de la Policía Nacional por haberse robado una pistola, como lo contó Vorágine en agosto de 2020, el joven Bedoya regresó a la capital de Antioquia e inició sus estudios de derecho en el primer semestre de 2001 en la Universidad de Medellín. Mientras cursaba los primeros semestres agotaba todos los recursos que tenía a su disposición para que lo reintegraran a la Policía. No lo logró y, peor aún, el estudiante Bedoya recibió el adjetivo de «ineptitud» en su demanda, antesala de una carrera profesional atropellada, pero de un camino político exitoso.
En 2007 se lanzó al Concejo de Medellín, pero perdió con poco más de 2.000 votos, lo que lo llevó a trabajar como asistente del concejal de Cambio Radical, Juan David Arteaga. En 2012, a sus 32 años, Bedoya llegó con 25.000 votos a la Asamblea de Antioquia, avalado por el Partido Liberal. Un año más tarde renunció para lanzarse a la Cámara, obteniendo la curul con 35.000 votos en las elecciones de 2014. Cuatro años más tarde se lanzó al Senado y duplicó su votación, 74.000 votos le dieron un asiento.
Bedoya descuidó por completo sus estudios mientras fue asistente en las oficinas del Concejo de Medellín y el Congreso de la República, bajo la tutela de Eugenio Prieto Soto, quien lo apoyó para que llegara a la Asamblea de Antioquia en 2012 pero al poco tiempo lo expulsó de su equipo, por lo que Bedoya montó rancho aparte.
Aunque desde su paso por la Asamblea de Antioquia se presentaba como abogado, lo que demuestran los archivos de la universidad es que la carrera del senador ha sido bien inconsistente. En el primer semestre de 2001 se matriculó en el programa de Derecho de la Universidad de Medellín, donde estudió hasta 2007 «quinto año del programa», cuando se retiró voluntariamente. Reingresó en 2008 y se retiró a final de año. Lo mismo ocurrió, extrañamente, en 2009 y 2014.
Luego en 2018, ya elegido senador, Bedoya volvió a entrar irregularmente a la universidad con un promedio de 2.79. Pero esta vez estaba decidido y encontró, en una crisis política de la institución académica, la oportunidad perfecta para graduarse sin mucho esfuerzo.
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Así se cocinó el título del senador Bedoya
De acuerdo con la resolución 009 del 6 de abril de 2021, para obtener el título de abogado el senador Bedoya Pulgarín presentó un total de 17 exámenes de octubre del 2018 a febrero del 2019, entre especiales, preparatorios y de suficiencia. Lo extraño es que hizo hasta siete pruebas en un mismo día. Un genio.
En vez de asistir a clases, Bedoya presentó exámenes de suficiencia. El 26 de octubre de 2018 presentó cuatro: Filosofía del Derecho; Procesal Civil General y Especial, Sociología Jurídica y Seminario Procesal Administrativo. Aprobó los cuatro, como aprobó todos los demás exámenes que hizo. El 23 de noviembre de ese mismo año, en un solo día, presentó siete exámenes: cuatro de suficiencia (Legislación de Paz, Hacienda Pública, Responsabilidad Extracontractual y Contratación Estatal) y tres preparatorios (Civil II, Político y Penal). Una hazaña. El 22 de enero de 2019 hizo tres exámenes de suficiencia (Derecho de Familia, Sucesiones y Títulos Valores) y el preparatorio de Civil I. Y el 1 de febrero de 2019 cerró con broche de oro al presentar el especial de Seminario Procesal Laboral y el preparatorio de Laboral.
Pero hay más. En el mismo lapso Bedoya pasó el examen de inglés como requisito de lengua extranjera, asistió a dos seminarios obligatorios —Protocolo Empresarial y Comportamiento Social— y presentó las pruebas Saber Pro. Se suma a todo esto el trabajo de grado que validó como investigador y coautor el profesor Jhon Mario Ferrer Murillo.
Al fraude académico y el robo de la pistola se agregan investigaciones por inasistencias en el Congreso, como lo logró demostrar Cathy Juvinao, directora de la plataforma Trabajen Vagos, y por hechos de corrupción electoral y nexos con bandas criminales, como lo denunció la Fundación Pares. Juvinao, junto con estudiantes y el colectivo Una voz por UdeM, se pusieron a la tarea de investigar y denunciar las irregularidades en el título de abogado de Bedoya.
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Lo que dicen las resoluciones
El Consejo de la Facultad de Derecho emitió dos resoluciones sobre el caso del senador Bedoya Pulgarín. Según la primera, la 008 del 5 de abril de 2021, como el congresista fue estudiante activo hasta el segundo semestre del 2009, al pedir su reingreso en el segundo semestre de 2018 debía pasar por el Consejo de Facultad para que evaluara la pertinencia de las materias ya cursadas y decidiera sobre el plan de estudios al que debía ceñirse, un requisito obligatorio pues habían pasado más cinco años entre el retiro y el reingreso.
Pero Bedoya no le hizo caso al reglamento. En cambio, «fue insistente en su deseo» de mantener el plan de estudios de la década anterior a su solicitud de reingreso, «violentando abiertamente el reglamento académico y disciplinario de la Universidad de Medellín», pues en el segundo semestre de 2018 al congresista le era aplicable el plan de estudios aprobado en septiembre de 2015 por el Consejo Académico, que era el más reciente.
Por esas razones, el Consejo de la Facultad anuló la matrícula de Bedoya Pulgarín del segundo semestre de 2018, lo que automáticamente dejó sin efectos «el respectivo reconocimiento de materias y evaluaciones que se realizaron con base en dicha matrícula irregular», y derivó en que no cumple con los requisitos para optar por el título.
Un día después, el 6 de abril de 2021, el Consejo de Facultad emitió la resolución 009, centrada en la revisión de todos los exámenes y pruebas que el senador presentó en tiempo récord.
Después de analizar las fechas de las pruebas de suficiencia, especiales y exámenes preparatorios, las calificaciones, las firmas de los profesores que sirvieron de evaluadores y las respuestas de esos docentes a los investigadores del caso, el Consejo de Facultad determinó que seis «exempleados que fungieron como profesores» del senador, entre ellos John Mario Ferrer Murillo, «incurrieron en violaciones graves de sus deberes de profesores» y violaron «los principios éticos que regulan la relación profesor-estudiante en lo referente al régimen de evaluaciones».
Según la Universidad de Medellín, los seis docentes «se extralimitaron en el hecho de fungir como jurados de exámenes preparatorios, especiales y/o de suficiencia para asignaturas de las cuales no eran titulares, asunto que implica una violación al reglamento académico y disciplinario de pregrado».
Profesor de Julián Bedoya es ahora contratista de la Alcaldía de Medellín
Uno de los profesores clave en el fraude académico que benefició al senador liberal Julián Bedoya en la Universidad de Medellín es John Mario Ferrer Murillo, quien presentó al congresista como coautor y asistente de la investigación titulada Normas jurídicas adscritas por la jurisprudencia constitucional al derecho fundamental de la libertad de expresión. Según Ferrer, Bedoya Pulgarín se encargó de la línea jurisprudencial sobre libertad de expresión. Sin embargo, profesor y alumno olvidaron un pequeño detalle: las fechas. La investigación de Ferrer había sido publicada en junio 2018, cuando Bedoya aún no había reingresado. Ferrer también fue el evaluador del estudiante en todas las pruebas preparatorias, a pesar de que solo podía hacer las del área de política.
Tras ser despedido por la Universidad de Medellín por el caso del senador Bedoya, el profesor Ferrer suscribió, en nueve meses, tres contratos con la Alcaldía de Medellín que suman 200 millones de pesos. El primero, por 80 millones, fue firmado el primero de abril de 2020 y es por nueve meses. Tiene como objeto la «prestación de servicios profesionales especializados como enlace entre la Secretaría de Suministros y el despacho del alcalde para el estudio de proyectos de diferentes dependencias». Según documentos allegados por el abogado Ferrer, este contrato fue liquidado al mes. El segundo fue firmado un mes después, tiene el mismo objeto y es por 66.750.000 en un plazo de 7 meses y medio. El tercero fue firmado el 12 enero de 2021 y es por casi 54 millones para la «gestión jurídica de la Secretaría de Suministros y Servicios» en un plazo de 6 meses.
Sobre el informe que comisionó la Universidad de Medellín en el que pedían retirarle el título de abogado al senador Julián Bedoya, el exprofesor dijo que presentó una réplica porque a su parecer es «arbitrario y politizado».
Ferrer confirmó que sí fue despedido de la universidad «sin justa causa, no por mediación de algún debido proceso». Reiteró que es inocente y que actualmente se encuentra «en un debate judicial en el que conservo la presunción de inocencia que esperamos demostrar».
En la resolución 008 del 5 de abril de 2021, la Universidad de Medellín también dejó claro que el Consejo de la Facultad de Derecho volverá a reunirse para analizar las decisiones que la Fiscalía y la Procuraduría tomen sobre las denuncias que hay por este caso, y que involucran no solo al senador y al rector, sino a los seis exempleados de la institución que firmaron como jurados las pruebas y exámenes que sirvieron para darle el título de abogado en 2019, que le acaba de ser retirado.
* Actualización: El 20 de abril de 2020, la Corte Suprema de Justicia le abrió investigación formal al senador liberal Julián Bedoya Pulgarín por los delitos de falsedad ideológica en documento privado y falsedad ideológica en documento público.** Actualización: El 23 de abril de 2020, el Consejo Académico de la Universidad de Medellín dejó en firme la decisión de anular el título de abogado del senador Bedoya, en un proceso de segunda instancia que en primera instancia le había correspondido al Consejo de Facultad de la Facultad de Derecho.