De las tres frases chequeadas sobre Gustavo Petro, dos fueron calificadas como verdaderas y una como cuestionable.
14 de junio de 2022
Por: Alianza RedCheq

Gustavo Petro, quien está en su tercer intento por llegar de la Casa de Nariño y fue el candidato más votado en la primera vuelta, el 29 de mayo, va en fórmula para la Vicepresidencia con la abogada ambientalista y afrofeminista Francia Márquez. Entre otras cosas, Petro, quien se presentó a estas elecciones como candidato de la coalición Pacto Histórico, promete crear el Ministerio de la Igualdad. 

Estos son los chequeos que Colombiacheck y Redcheq, alianza contra la desinformación de la que hace parte Vorágine, hicieron sobre las afirmaciones y promesas del candidato.

La Secretaría de la Mujer de la Alcaldía de Bogotá se creó en su administración

El 2 de junio de 2022, en El Debate Feminista, organizado por más de 30 organizaciones de la sociedad civil, se le preguntó al candidato presidencial Gustavo Petro Urrego por la cantidad de Secretarías de la Mujer en Colombia. El candidato no supo dar respuesta, pero aseguró ser responsable por la Secretaría de la Mujer que existe en Bogotá. “Me rajaste, pero lo único que te puedo decir es que la que hay en Bogotá la hicimos nosotros”, dijo el candidato. (Minuto 2:52:41)

RedCheq califica como ‘Verdad’ la declaración, pues existen documentos y testimonios que indican que si bien la idea nació de organizaciones feministas, Petro cumplió el compromiso adquirido durante la campaña de crear dicha secretaría en el caso de resultar electo. Consultamos fuentes oficiales y encontramos que la Secretaría de la Mujer de Bogotá nació de los acuerdos 489 (artículo 10) y 490 de 2012 del Concejo de Bogotá, durante la alcaldía de Petro Urrego. Se estableció con el Decreto 1 de 2013 de la Alcaldía Mayor de Bogotá.

De acuerdo con Martha Sánchez, activista por los derechos de la mujer y primera secretaria de la Mujer de Bogotá, la institución nació de un encuentro realizado en 2011 entre organizaciones feministas de la ciudad como Fundac y Consejo Consultivo de Mujeres de Bogotá, con los candidatos a la alcaldía de ese momento, entre los que estuvieron Gina Parody, Aurelio Suárez, Carlos Fernando Galán y Petro. El encuentro se llamó “¡En Bogotá las Mujeres Preguntamos, Proponemos y Elegimos!”, y allí los candidatos que asistieron se comprometieron a crear la Secretaría de la Mujer. 

Según Sánchez, Petro le dio el impulso necesario al proyecto, pues aunque los anteriores alcaldes asumieron compromisos con los movimientos feministas —Lucho Garzón creó la Dirección de Mujer, Género y Diversidad Sexual dentro de la Subsecretaría de Planeación Socioeconómica en 2006 y Samuel Moreno la mantuvo—, ninguno se comprometió a llevar la idea a una figura institucional como una secretaría. “Petro se comprometió a crear la secretaría y un año después cumplió, durante su alcaldía año tras año hubo un incremento presupuestal para la entidad”, asegura Sánchez.

La Secretaría de la Mujer tiene como funciones diseñar, implementar, ejecutar y hacer seguimiento a las políticas públicas que velen por los derechos de las mujeres. Además, se encarga de la atención a sus demandas, prevención de violencia hacia ellas, y de ofrecer procesos de formación e implementar perspectivas de género en proyectos estatales.

Actualmente la Secretaría Distrital de la Mujer cuenta con iniciativas como la Línea Púrpura, dedicada a brindar asistencia para casos de violencia de género, y el Sistema de Cuidado, dedicado a fortalecer las ofertas de cuidado para adultos mayores y a implementar procesos de empoderamiento para cuidadoras. 

El programa de Petro coincide con las cifras oficiales de economía del cuidado

En el programa de gobierno ‘Colombia: potencia mundial de la vida’, del candidato a la Presidencia por el Pacto Histórico, Gustavo Petro, dice: “disminuiremos sustancialmente las 8 horas diarias que la mujer dedica al trabajo de cuidado no remunerado, que serán compensadas por otros actores del sistema, frente a las 3 que dedican los hombres” (página 10).

La alianza contra la desinformación RedCheq le preguntó el pasado 3 de junio al asesor programático de la campaña, Daniel Rojas, en qué fuente se basan esos datos, pero hasta el momento de publicar esta nota no habíamos obtenido respuesta.

Hace 12 años que existe en Colombia la Ley 1413 del 2010, cuyo objeto es “incluir la economía del cuidado conformada por el trabajo de hogar no remunerado en el Sistema de Cuentas Nacionales, con el objeto de medir la contribución de la mujer al desarrollo económico y social del país y como herramienta fundamental para la definición e implementación de políticas públicas”.

Esta Ley exhortó al Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) a desarrollar una encuesta tendiente a medir el tiempo que los colombianos y, mayormente, las colombianas dedicamos a cuidar de otros gratuitamente. Esta medición se llama Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (Enut) y su primera aplicación nacional fue en 2012, hace diez años.

La última Enut, que midió entre septiembre y agosto del año pasado, arrojó que las mujeres dedicaron 7 horas y 46 minutos a las actividades de cuidado no remunerado, esto significó un aumento de 23 minutos frente a la primera Enut (hecha en 2012-2013). 

En el caso de los hombres, la dedicación más reciente fue de 3 horas y 6 minutos, cuatro minutos menos que la primera medición. Al aproximar ambas mediciones tenemos que el dato utilizado en el programa de Petro es correcto y actualizado: 8 horas para las mujeres y 3 para los hombres.

La profesora de economía de la Universidad Javeriana, Paula Idárraga, explica que “el gran valor que tiene la Enut es que es un levantamiento de información sobre lo que hace una persona en un día de referencia, y pregunta por todas las actividades que no son remuneradas, como preparar comida, planchar la ropa, hacer diligencias”.

Estas actividades, y otras más, son lo que la Ley definió como “Actividades de Trabajo de Hogar y de Cuidado No Remunerado”. Desde que existe Enut sabemos que los hombres colombianos hacen menos de estas labores no pagas que las mujeres. 

Las actividades de trabajo de hogar y de cuidado no remunerado descritas en la Ley 1314 de 2010 son:

1. Organización, distribución y supervisión de tareas domésticas.
2. Preparación de alimentos.
3. Limpieza y mantenimiento de vivienda y enseres.
4. Limpieza y mantenimiento del vestido.
5. Cuidado, formación e instrucción de los niños (traslado al colegio y ayuda en el desarrollo de las tareas escolares).
6. Cuidado de ancianos y enfermos.
7. Realizar las compras, pagos o trámites relacionados con el hogar.
8. Reparaciones al interior del hogar.
9. Servicios a la comunidad y ayudas no pagadas a otros hogares de parientes, amigos y vecinos.

La profesora Idárraga explica que “si Colombia genera políticas que reconozcan este trabajo, los resultados van a ser muy positivos en variables económicas como el PIB (Producto Interno Bruto)”. Afirma además que la brecha de género que existe en el mundo laboral y profesional se explica en buena medida por el tiempo que las mujeres están dedicadas a estas labores sin remuneración.

De hecho, la Ley 1413 estipuló que el DANE debía agregar estas horas de trabajo de hogar y de cuidado no remunerado al Sistema de Cuentas Nacionales, con el objetivo de medir el impacto que el trabajo sin salario de las mujeres tiene en la economía del país.

Según el Banco de la República, las cuentas nacionales muestran, entre otros indicadores, “los ingresos que reciben por sueldos y salarios los trabajadores, por beneficios los dueños de las empresas y el capital, y por renta los dueños de las tierras”. El compendio de estas cuentas sería asimilable a la contabilidad del país y da origen, como explica el Banco, a cálculos como el PIB y el PNB (Producto Nacional Bruto).

Aunque estas actividades aún no se pagan, su contabilidad en las cuentas nacionales sirve para calcular lo que el país está perdiendo en ingresos al no remunerarlas. El DANE y ONU Mujeres publicaron un informe en el que concluyeron que “la producción del trabajo doméstico y de cuidados no remunerados equivale al 20% del PIB colombiano. Esto significa que si este trabajo se pagara sería el sector más importante de la economía, por encima del sector de comercio (18% del PIB), el sector de administración pública (15%) y el de industria manufacturera (12%)”.

De hecho, como ejercicio reflexivo, el DANE y la ONG Oxfam construyeron un Simulador del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado en el que invitan a los usuarios de Colombia a “descubrir su aporte al hogar y a la economía nacional”.

Trabajo del cuidado, participación femenina y PIB: Petro le atina a un dato y se queda corto en otro

En el programa de gobierno del candidato presidencial Gustavo Petro se lee lo siguiente: “se reconocerán, y remunerarán trabajos que se encuentran por fuera de la esfera del mercado, en especial el trabajo del cuidado, el cual representa alrededor del 20% de PIB y es realizado en un 81% por mujeres” (punto sobre el Pacto por el Trabajo, página 26).

Luego de consultar fuentes oficiales y hablar con expertos, calificamos esa afirmación como Discutible’, porque el candidato le atina al cálculo relativo al PIB, pero no al de la participación femenina en los trabajos de cuidado.

La Comisión Programática del Pacto Histórico, encargada de redactar el programa de gobierno de Petro, le proporcionó a RedCheq varios documentos en los cuales basan esas cifras. En primera instancia Economía del cuidado: revisión de literatura, hechos estilizados  y  políticas de cuidado, un informe del Departamento Nacional de Planeación (DNP) en el que dice: “según los cálculos se observa que el valor del trabajo doméstico y cuidado no remunerado equivale al 20,4% del PIB” (página 18).

La misma cifra está en el segundo documento enviado, Cuidado no Remunerado en Colombia: Brechas de Género, del DANE, de mayo de 2020.

Encontramos esa cifra también en el Informe Nacional de Empleo Inclusivo (INEI) 2020-2021, en el que dice que Colombia cuenta con la Ley 1413 de 2010, cuyo objetivo es reconocer legalmente los trabajos domésticos y de cuidados que se llevan a cabo de manera no remunerada dentro del hogar. “Gracias a esta ley, a la encuesta de uso del tiempo del DANE y a su simulador del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado para el hogar y la comunidad, es posible medir su contribución de manera cuantitativa, registrando un 20% del PIB de Colombia (Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, 2021)”.

Así que la cifra que menciona el programa de gobierno de Gustavo Petro acierta en el dato de la cuantificación de la economía del cuidado en el PIB.

Por otro lado, aunque en ninguno de los documentos se menciona que el trabajo del cuidado sea realizado en un 81% por mujeres, como dijo el candidato, en Economía del cuidado: revisión de literatura, hechos estilizados  y  políticas de cuidado se explica que “para cuantificar el valor del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado es necesario conocer el volumen total de horas que la población nacional destina a realizar este tipo de actividades. La información de la cantidad de horas se obtiene a través de encuestas de uso del tiempo, para el caso colombiano, la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (Enut), el cual es un instrumento donde se indaga detalladamente sobre el tiempo destinado a trabajo no remunerado, trabajo remunerado y actividades personales”.

La Enut 2021 señala que, para el total nacional, en el periodo que va de septiembre de 2020 a agosto de 2021, y en el caso del trabajo no remunerado, la participación de los hombres fue de 63,4% y la de las mujeres de 90,4%.

La misma encuesta señala también que, para el total nacional, entre mayo y agosto de 2021, en el caso del trabajo no remunerado, la participación de los hombres fue de 65,2% y la de las mujeres de 91,5%.

De acuerdo con este artículo de Razón Pública, “según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (Enut), en Colombia las mujeres dedican, en promedio, siete horas a las labores de cuidado no remunerado, mientras que los hombres dedican apenas tres. Esto crea una “doble jornada” de trabajo para las mujeres, que condiciona su autonomía física y política. Además, los sectores de cuidado remunerado están altamente feminizados, mal retribuidos y en su mayoría se prestan por fuera de los sistemas de seguridad social. Un ejemplo es el trabajo doméstico:

– El 96% del trabajo doméstico remunerado lo hacen las mujeres.

– Según la Escuela Nacional Sindical, en 2019 solo el 18% de las trabajadoras domésticas estuvo afiliado a un sistema pensional.

– Ese mismo año, el 61% de las trabajadoras domésticas ganó menos de un salario mínimo.

Por regiones, las diferencias incluso se profundizan entre hombres y mujeres en labores de cuidado. Como lo revela la Enut 2021, “en relación con las participaciones en actividades de trabajo no remunerado para el periodo de septiembre de 2020 a agosto de 2021 se encuentra que en todas las regiones estas son mayores para las mujeres que para los hombres. La región Caribe presenta la diferencia más pronunciada en estas participaciones con 34,4 puntos porcentuales. En San Andrés y Bogotá, aunque la brecha de participación en actividades de trabajo no remunerado existe, las diferencias son menores con 17,4 y 19,3 puntos porcentuales respectivamente”.

Según la economista y directora del proyecto Quanta Cuidado y Género,  Paula Herrera, “el PIB es todo aquello que se comercia y tiene un valor agregado en la economía. Lo que ocurre con el cuidado doméstico no remunerado es que no se tranza en un mercado. Entonces lo que hace el DANE es que a través de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo calcula esas horas que se hacen de trabajo doméstico y de cuidado, no remuneradas, y ve en el mercado cuánto cuesta limpiar una casa, cuidar a un adulto mayor o a un menor de edad y ahí se le da un valor a ese tipo de trabajo”,

Así que la cifra del 81% de las mujeres dedicadas a labores de cuidado, de acuerdo con el programa de gobierno del Pacto Histórico, está por debajo de las mediciones más recientes que se han hecho en el país y que superan el 90%, e incluso al revisar las cifras regionales en algunos casos llegan al 94%.

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