Esto es lo que aún no se ha contado de la corrupción en hospitales de Antioquia que denunció el anestesiólogo Óscar Pastrana, quien hace unos días murió en una clínica de Bogotá.
20 de diciembre de 2020
Por: Sergio Mesa Cárdenas / Ilustración: Camila Santafé
Corrupción Hospitalaria

Conocí a Óscar Alfonso Pastrana Londoño en enero de 2019. Él era médico de profesión y especialista en anestesiología. Me contactó por Twitter buscando apoyo para sus denuncias sobre irregularidades en la ESE Hospital César Uribe Piedrahíta -HCUP-, de Caucasia, en Antioquia. Allí laboró unos pocos meses. Pero antes, en 2017 ya había trabajado bajo la administración de la ESE de Caucasia que también se encargaba de dirigir el rumbo de la ESE Hospital La Cruz, de Puerto Berrío. Ese tiempo fue suficiente para conocer el entramado de corrupción de los médicos-políticos que lo perseguirían hasta el día de su muerte.

Desde el 2014, realizando algunas investigaciones periodísticas, comencé a seguir el hilo de los malos manejos y de un presunto carrusel de contratos en la ESE Hospital San Juan de Dios, de Yarumal, mi terruño, en donde encontré el desagüe de recursos y las redes de contratistas del entonces gerente Carlos Alfonso Orrego Castro, a quien logré probarle que tenía dinero guardado en el paraíso fiscal de Panamá, a través de una “empresa de papel” y mediante la firma de un contrato de depósito autenticado en una notaría de Ciudad de Panamá, mucho antes de que se conociera el escándalo mundial de los Panama Papers.

El padrino del hijo del exgerente Orrego Castro es Orlando José Rodríguez Álvarez, gerente del HCUP desde marzo de 2012 hasta marzo de 2020, cargo al que llegó primero tras haber ganado el concurso de méritos realizado por la Universidad de Medellín y, luego, tras ser reelegido en 2016 por el gobernador Luis Pérez Gutiérrez, en pago por el apoyo político que este recibió del ‘clan Rodríguez’.

La razón para que el médico Óscar Pastrana conociera tantos secretos del ‘clan Rodríguez’ es que fue cercano a ellos, pues siendo de Caucasia conocía al gerente Orlando José Rodríguez, también médico. En el Carnaval de Barranquilla de 2017- según me contó Pastrana a través de un chat-, en donde se presentaron los cantantes Carlos Vives, Silvestre Dangond y Nicky Jam, él asistió acompañado de Orlando José, su esposa Angie y el subgerente del hospital Félix Olmedo. “Nos hospedamos en el hotel de la Selección Colombia […] Estuvimos en primera fila, todo lo pagó Orlando […] Hablé con Orlando de las UCI, en ese tiempo yo quería que Anestesiar se quedara con las UCI del nuevo hospital, pero Orlando ya las había negociado con unos amigos de él”. Ahí parece que Óscar supo de los negocios del clan. 

Algunas de las irregularidades denunciadas por el médico Pastrana fueron conocidas por el Sindicato Antioqueño de Anestesiología -Anestesiar-, siendo depositario de tal información Mauricio Echeverry, representante legal, quien contactó a Pastrana con el médico Bernardo Alejandro Guerra, concejal de Medellín en el periodo 2016-2019, y quien denunció el ‘carrusel de la salud’ que relacionaba al ‘clan Rodríguez’ con otros hospitales, como el General de Medellín, La María -en donde se descubrió que el contralor Sergio Zuluaga Peña se había hecho una cirugía estética con cargo al sistema de salud-, y el Marco Fidel Suárez, de Bello.

Otro de los secretos que Pastrana conocía era el de la forma como Orlando José llegó al cargo de gerente del Hospital de Caucasia, luego de haber superado el concurso de méritos realizado por la Universidad de Medellín. “Orlando era auditor médico de Coosalud cuando yo fui [a hacer el] rural en Caucasia [en 2011]. En ese momento Felix era director de control interno. Felix habló con Ramón Botero [gerente de Coosalud] y no sé con quién más, para perfilar a Orlando como gerente […] Esa noche del concierto el último en salir fue Silvestre Dangond, casi a las 4 a.m., para ese momento ya Orlando estaba muy borracho. Y ahí fue cuando me enteré de lo del examen. Yo empecé a trabajar con el hospital en abril [de 2017], pero cuando yo entré ya sabía lo del examen. […] Ahora entiende por qué estoy asustado”. Esta confesión quedó consignada en un chat de Whatsapp del 27 de marzo de 2019. 

En 2012 se estrenó la modalidad de proveer los cargos de gerentes de hospitales públicos a través del concurso público de méritos, el cual es realizado para el Hospital de Caucasia por la Universidad de Medellín -UdeM-, institución de educación superior cuestionada por su cercanía con el Partido Liberal, pues congresistas, concejales y diputados afines al rector. Pastrana se enteró de la forma cómo el coordinador del Centro Integral de Asesorías y Consultorías -CIAC- de dicha universidad, Luis Fernando Galván Gómez, benefició a Orlando Rodríguez, quien luego lo contrataría como asesor de calidad. Esa misma amistad con el asesor Galván Gómez fue utilizada en 2016 cuando Óscar Luis Rodríguez, hermano de Orlando José, aspiró al cargo de gerente de Metrosalud, siendo la UdeM la institución que adelantaba el concurso, pero no superó la etapa de entrevista.

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Durante los meses en que Óscar Pastrana laboró en Caucasia y en Puerto Berrío (entre abril y septiembre de 2017) conoció de primera mano cómo se dio la tercerización laboral a través del Sindicato de Trabajadores de la Salud de Antioquia -Sintrasant-, una organización gremial fundada en Sincelejo, Sucre, meses después de posesionado el gerente, y que acumuló millonarios contratos durante más de siete años. Sintrasant, como logré probarlo con Pastrana, tuvo dentro de sus fundadores a ‘afiliados fantasmas’, entre quienes se encuentra el médico Galileo Calle Montenegro, como puede verse en la investigación El fraude que ronda al sindicato Sintrasant y al hospital de Caucasia.

Óscar Pastrana fue testigo de la mala calidad de los insumos quirúrgicos en el Hospital de Puerto Berrío, lo que denunció en una nota de Publimetro, esto le creó una animadversión por parte del gerente Orlando Rodríguez y del subgerente científico y financiero del HCUP, Félix Olmedo Arango Correa, quien actualmente funge como alcalde (e) de Caucasia. Ellos dos, sumados al también médico Óscar Luis Rodríguez Álvarez, iniciaron una persecución laboral contra Pastrana que llegó a que lo hicieran echar de cualquier entidad hospitalaria donde fuera contratado, entre ellos la Fundación San Vicente de Paúl, el hospital de Yarumal y varias clínicas privadas. Óscar estaba al borde de la locura cuando lo conocí.

Al médico Óscar Pastrana le fue muy bien en sus estudios, siendo el mejor bachiller de la promoción 2002 de la Normal Superior del Bajo Cauca, en Caucasia, con lo que tuvo todos los méritos para aplicar al examen de admisión del programa de medicina en la Universidad de Antioquia, de la que se graduó con uno de los mejores promedios de la promoción 2010. 

En 2011, como parte de su formación humanística y servicio social, hizo el año rural en la ESE Hospital César Uribe Piedrahíta, la entidad que años más tarde se convertiría en uno de sus dolores de cabeza. Más adelante, su formación del pregrado y su capacidad intelectual le valieron para aplicar a uno de los dos cupos disponibles en la Universidad del Rosario, en Bogotá, en donde fue seleccionado para especializarse en Anestesiología y Reanimación, haciendo un trabajo de grado que fue merecedor del Premio Nacional de Investigación en Anestesia ‘Juan Marín’ en 2017, además de ser galardonado como el mejor residente de anestesia en dicha universidad. 

En Colombia, según José Ricardo Navarro Vargas, expresidente de la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación, hay solo cinco cinco anestesiólogos por cada 100 mil habitantes, mientras que en Europa el promedio es de 15 anestesiólogos por cada 100 mil habitantes, siendo Suecia el país con el mayor promedio, con un total de 20. El anestesiólogo Óscar Pastrana era uno de esos profesionales.

Óscar tenía todos los méritos para ser un gran profesional en cualquier hospital público o privado de Colombia, pero decidió quedarse en Caucasia, el municipio en donde hizo su primaria y su secundaria. El amor que él le tenía a su pueblo lo hizo reafirmarse en la idea de devolverle en algo el haberle permitido educarse. Ahí comenzaría su calvario, por haber sido testigo de presuntos hechos irregulares en varios contratos.

El 4 de febrero de 2019 lo acompañé a la Asamblea Departamental de Antioquia, aprovechando que mis escoltas podían brindarle protección, pues para ese momento tenía serios problemas de seguridad y ante cualquier motocicleta que rondara su casa, ubicada en Bello, entraba en pánico. En la Asamblea nos entrevistamos con el diputado Luis Peláez, del Polo Democrático, quien conocía de primera mano los malos manejos de la ESE La Cruz, de Puerto Berrío, y había estado muy pendiente de lo sucedido con el ‘clan Rodríguez’. Este grupo había ayudado a designar como director de transición, es decir, un coordinador para que hiciera presencia en Puerto Berrío, a Carlos Alfonso Orrego Castro, a quien la Procuraduría Provincial de Yarumal sancionó con destitución e inhabilidad por 12 años para contratar con el Estado y ocupar cargos públicos. Antes la sanción había sido por 15 años, pero en la Procuraduría Regional le hicieron el milagro, por los vínculos del senador del ‘clan Rodríguez’ con la Procuraduría, y anularon el fallo hasta la etapa de pliego de cargos.

En la Asamblea, el ‘clan Rodríguez’ contaba con el apoyo del diputado Santiago Manuel Martínez, conocido como el ‘Santy’ Martínez, del Partido de la U, quien en enero de 2016 había votado por el desconocido abogado Sergio Zuluaga Peña como Contralor General de Antioquia. En 2019 Zuluaga fue capturado por presuntamente arreglar las auditorías fiscales y por concierto para delinquir. El ‘Santy’ Martínez sería el puente con el contralor para que las auditorías fiscales pasaran en blanco en el Hospital de Caucasia. Pero ahí no termina el entramado. En 2019 fue elegido como Secretario General de la Asamblea el abogado Jorge Mario Álvarez Zea, conocido como ‘Trompoloco’, quien había sido asesor del exgerente Orrego Castro en Yarumal y era íntimo amigo de los Rodríguez. Ellos le servirían al ‘clan’ de puente para que la Contraloría no operara.

Gracias al médico Pastrana obtuve la información sobre las maniobras del entonces subgerente científico y financiero el HCUP, Félix Olmedo Arango Correa, quien siendo contratista de la entidad hospitalaria era simultáneamente concejal del municipio de Santa Rosa de Osos por el Partido Conservador, como lo demostré con pruebas en la investigación La corrupción que rodea al alcalde (e) de Caucasia, en donde además publiqué el enriquecimiento ilícito del exfuncionario del HCUP y ahora alcalde (e) de este municipio, por designación del gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria Correa, quien había sido apoyado en las elecciones de octubre de 2019 por el ‘clan Rodríguez’. Óscar Pastrana y yo actuamos durante varios meses como una dupla que buscaba desenmascarar los malos manejos del hospital, una entidad en la que un grupo político se enquistó durante ocho años.

De acuerdo con la información que me suministró Óscar Pastrana, en una casa del barrio El Pajonal, en Caucasia, vivían el subgerente Olmedo y los médicos Mervin José Moya Peñafiel y Emil Augusto Bermúdez Davinson, quienes eran sus compañeros sentimentales. A ellos les habría hecho costosos regalos, como carros. Allí mismo Félix Olmedo se reunía con la secretaria de Sintrasant en Caucasia, Yasenis Luna, a quien le daba indicaciones de cómo manejar la nómina, a qué médicos, especialistas y personal administrativo y asistencial pagarles los salarios, y a quiénes no -sin mediar explicación-, lo cual demostraría que el subgerente Félix Olmedo Arango Correa tenía manejos ocultos del sindicato. 

En palabras de Pastrana: “Yo decidí renunciar y se lo comuniqué a mi jefe […] Félix Olmedo por comunicación telefónica [quien me] ordenó redactar la carta de renuncia dirigida a Sintrasant y así lo hice, pero dejé consignado que mi jefe fue el subgerente. Me fue notificado por medio de un tercero que por haber relacionado el nombre del subgerente con Sintrasant me iban a retener el salario por un año y me iban a cerrar las puertas en todos los hospitales”. Esa amenaza del subgerente Olmedo se cumplió y durante el 2019 Pastrana buscó por todos los medios que le pagaran los honorarios de los meses de junio, julio, agosto y septiembre de 2017. Solamente a través de una acción de tutela, en la que un juez reconoció sus derechos laborales, fue posible que el subgerente le ordenara a Sintrasant el pago de los honorarios netos, sin ninguna prestación social.

La renuncia de Pastrana como coordinador de cirugía del Hospital de Caucasia trajo consigo la primera amenaza directa: “Una de las asistentes administrativas de Félix Olmedo, llamada Sixta Tulia Cabarca Bedoya, acudió a mi domicilio en compañía de un sujeto armado y me dieron la orden de abandonar el municipio, por eso me desplacé a Medellín, por amenazas, hubo un testigo presencial de estos hechos […] amigo personal que acudió en mi defensa, además de la señora de oficios generales”. Llegó a Medellín a finales del 2017, sin salario para sufragar sus gastos unos meses y sin contactos para emplearse en otra institución.

En unos chats que tengo en mi poder -los cuales me fueron suministrados por el médico Óscar Pastrana- se pueden ver las quejas que él constantemente hacía sobre el estado de los quirófanos del Hospital La Cruz, en Puerto Berrío, en donde por las malas condiciones higiénicas el personal asistencial debía, entre otras cosas, matar las moscas con una raqueta eléctrica. Todo esto fue de conocimiento del personal directivo del HCUP, entre ellos su jefe inmediato, Félix Olmedo.

Fueron insistentes los pedidos de Pastrana para que el gerente Rodríguez y el subgerente Olmedo enviaran personal e insumos suficientes para atender la demanda de pacientes críticos que recibía el Hospital La Cruz, en el centro de la subregión del Magdalena Medio. “Esto era lo que quería evitar -le decía Óscar Pastrana a Félix Olmedo en un chat- […] Esto es tocar fondo […] Este bb no tenía porque morirse (sic)”. Y añade: “Félix la parte clínica está por encima de lo administrativo, y acá no se está haciendo medicina”, acompañando su súplica con una fotografía de un neonato muerto.

En un chat del primero de septiembre de 2017 Pastrana le suplica a Olmedo por el traslado de un paciente menor de edad que se encontraba en estado crítico: “Félix por favor […] Ayúdeme con la remisión de este niño urgente”, y acompaña el pedido con cuatro fotografías que mostraban la gravedad de la heridas y contusiones que había sufrido el paciente. Ni esas imágenes conmovieron al subgerente Félix Olmedo.

Algunas de las denuncias del médico Óscar Pastrana eran muy graves y giraban en torno a la ‘comunidad del anillo’ que existía al interior del Hospital de Caucasia. “Sí existe el cartel del anillo. El subgerente Félix me invitó a participar de dicha comunidad. El señor Olmedo al ser dueño de los sindicatos Sintrasant y Sindisalud, los mismos que contratan el personal asistencial de los Hospitales de Caucasia y Puerto Berrío, se vale de su cargo para influir en la contratación de hombres jóvenes y con buena presencia física, una vez han ingresado al Hospital los empieza a acosar sexual y laboralmente, los que no acceden pierden el empleo y si denuncian los empieza a perseguir laboralmente”. Dicha denuncia fue reconfirmada en un chat de Whatsapp del 14 de marzo de 2019, a las 6:19 p.m., que aún conservo: “Felix hacía orgías con varios curas y muchachos jóvenes”. Óscar había conocido esa información de primera mano cuando compartió la vivienda, en que vivían los coordinadores de diferentes áreas y abogados externos, con el entonces subgerente. Incluso lo hizo público en un documento que remitió a un juzgado que tramitaba una acción de tutela interpuesta por el subgerente Félix Olmedo.

“[…] Félix Olmedo […] se ha valido de su cargo directivo para acosar sexual y laboralmente a varios empleados hombres de la ESE, y me incluyo como uno de los afectados […] cualquier encuentro con él, así se tratara solamente de temas de trabajo terminaban con insinuaciones, gestos morbosos y frases de cariño completamente descontextualizadas (sic)”, escribió el médico Pastrana en el documento que allegó al juzgado.

Era tanta la carga emocional y la crisis por la persecución que el ‘clan Rodríguez’ había emprendido contra Óscar, por denunciarlos y exponerlos en redes sociales, que en una oportunidad me dijo: “Sergio hay tantas cosas de las que me da pena hablar y que me carcomen todos los días, yo no estoy bien mentalmente ud lo sabe”. Ahí fue cuando más me comprometí con él para ayudarle con sus denuncias. 

Los ruegos del médico Pastrana para ser escuchado y exponer el entramado de presunta corrupción del Hospital de Caucasia lo llevaron a buscar a periodistas de Bogotá, a quienes les habló de sus denuncias y les compartió algunas pruebas. “Estoy hablando con este periodista de Noticias Uno”, me dijo una vez. También buscó a La W.

La tribuna preferida de Pastrana fueron las redes sociales -Facebook y Twitter-, al no ver interés de los grandes medios de comunicación de Bogotá, que solamente lo escuchaban y luego le decían que iban a mirar. “Pero no tengo quien me ayude a visibilizar lo que he vivido, así que seguiré acudiendo a las redes, han sido mi voz” (chat del 15 de marzo de 2019, a las 12:10 de la madrugada).

La visita que él y yo hicimos a la oficina del diputado Luis Peláez en la Asamblea de Antioquia tenía como propósito buscar la posibilidad de hacer un debate de control político sobre los malos manejos en los hospitales de Caucasia y Puerto Berrío. “Sergio gestiónelos el debate de control político contra Orlando (sic) […] Uds ayuden a propiciar el espacio […] Yo estoy casi seguro que lo puedo desenmascarar” (mensajes del 15 de marzo de 2019). El optimismo nos duró poco porque no pudimos lograr que la duma agendara el debate, pues la presión política del diputado ‘Santy Martínez’ y del Secretario General nos llevaba ventaja, al ser tan cercanos a la Contraloría y ser amigos personales del gerente Orlando José Rodríguez Álvarez.

El enriquecimiento ilícito del ‘clan Rodríguez’, entre ellos del gerente Orlando José Rodríguez y del entonces subgerente Félix Olmedo Arango Correa, fue otro de los temas que investigué con el médico Óscar Pastrana, obteniendo información sobre las propiedades que adquirió el subgerente siendo funcionario público, lo que muestra un incremento injustificado de su patrimonio. Con certificados expedidos por la Superintendencia de Notariado y Registro expusimos cómo Félix Olmedo tenía fincas en Caucasia y Santa Rosa de Osos, de donde es oriundo, y apartamentos en Medellín, que hoy cuestan miles de millones de pesos. Sus salarios y prestaciones sociales no alcanzaban a cubrir tanta ostentación. La investigación La corrupción que ronda al alcalde (e) de Caucasia, en la que logré probar los datos aportados por Pastrana, tiene un proceso abierto en Fiscalía.

El Hospital de Caucasia fue certificado en calidad por el Instituto Colombiano de Normas Técnicas y Certificación -ICONTEC-, lo cual fue mostrado como un gran logro por las directivas. De acuerdo con información que me entregó el médico Pastrana, en las sedes de Caucasia y de Puerto Berrío maquillaron la infraestructura hospitalaria y el mobiliario para poder ser certificados, fumigando para que no hubiera moscas y poniendo puertas en donde antes estaba colgada una cortina. En un chat Félix Olmedo le dice a Pastrana: “necesitamos tener cx como Ricky Marti (sic) […] Para la visita de certificación en octubre”. La respuesta de Pastrana fue enviarle unas fotografías en donde se les ve a él y a una auxiliar de enfermería matando moscas con una raqueta eléctrica.

Todas estas denuncias de presunta corrupción en los hospitales de Caucasia y Puerto Berrío le habrían causado la muerte a Óscar Pastrana, quien desde 2019 comenzó a ver deteriorada su salud mental, sufría de insomnio, el cual controlaba con fentanilo, y de pánico, producido por las constantes amenazas y seguimientos. Esta es parte de  la evidencia de la carga laboral y los problemas de salud que le generó la exposición a tanto estrés: “el señor Félix Olmedo me obligó a dar anestesia [en el hospital de Puerto Berrío] desde el 22 de agosto hasta el 13 de septiembre de 2017, es decir, 23 días dando anestesia día y noche, sin relevo, sin descanso, sin dormir. Desarrollé problemas de salud física que informé al subgerente, tales como gastritis severa, adquirí una infección por dengue, alteración del sueño y un trastorno depresivo mayor [y] dos episodios de síncope por privación de sueño”.

Luego de su renuncia como anestesiólogo de estas entidades vinieron las amenazas, los seguimientos y la campaña de difamación, lo que lo bloqueó laboralmente en 2019, tiempo durante el cual él arreció con sus denuncias en Facebook, y por lo que tuvo que soportar el asedio judicial a través de solicitudes de rectificación, acciones de tutela y denuncias penales por injuria y calumnia. Fue citado en varias oportunidades a la Fiscalía para que conciliara con sus denunciantes: Orlando Rodríguez y Félix Olmedo, pero él se negó y se reafirmó en sus publicaciones. Hoy siguen abiertos esos procesos penales.

En una de las acciones de tutela interpuestas por Félix Olmedo Arango contra Óscar Pastrana esto respondió el médico a la jueza: 

Desde que asumí la coordinación de cirugía manifesté permanentes quejas por falta de insumos básicos, quirófanos en mal estado, falta de agua, dispositivos no estériles, la muerte de un neonato, falta de ambulancia y complicaciones tan graves como un paciente que quedó parapléjico por mala praxis de los médicos generales de Urgencias en el Hospital de Puerto Berrío”. Y agregó: “Según mi criterio la presencia de moscas en los quirófanos, el uso de raquetas eléctricas para matar insectos durante las cirugías, cables de luz en contacto con el lavamanos (con altísimo riesgo de electrocución), ropa quirúrgica no estéril, humedad del techo que caía sobre el campo quirúrgico y la presencia de pelos en las sondas estériles no se pueden catalogar como deficiencias menores”.

La falta de garantías laborales que debió soportar el médico Pastrana mientras trabajó en el HCUP queda en evidencia en el relato que él le hizo a la jueza que estudió la acción de tutela del entonces subgerente Félix Olmedo: “Es claro que fui sometido a explotación laboral. Esto lo he denunciado por las redes sociales y penalmente […] queda en evidencia que llegué a cumplir jornadas de trabajo hasta de 570 horas mensuales cuando fui coordinador de cirugía del Hospital La Cruz de Puerto Berrío”. Ante esa situación tomó la determinación de renunciar.

La acción de tutela promovida por Félix Olmedo contra Pastrana fue fallada en primera instancia tutelando los derechos al buen nombre y a la honra. Al haber respondido de forma extemporánea la jueza le ordenó rectificar todo lo publicado en sus redes sociales. Óscar desobedeció esa orden y le fue iniciado un incidente de desacato, por el cual debió pagar dos salarios mínimos legales vigentes y cumplir con dos días de arresto en su domicilio.

Las amenazas de muerte contra el médico Óscar Pastrana se intensificaron entre 2018 y 2019. “Me llegó otra amenaza al correo electrónico y otra a mi domicilio en La Floresta lo cual me obligó a cambiar de domicilio y el día 15 de febrero de 2019 dos sujetos que se movilizaban en motocicleta llegaron a mi domicilio y me volvieron a amenazar, estos hechos son de conocimiento de la Fiscalía general de la Nación”, escribió en la contestación de la acción de tutela. 

En marzo de 2019 Óscar Pastrana viajó a Bogotá. Allí se reunió con un delegado del Superintendente de Salud, Fabio Aristizábal, a quien le contó sobre los hechos que él -inicialmente de manera individual y luego conmigo- venía denunciando en los entes de control, entre ellos la Procuraduría Regional de Antioquia y  la Fiscalía. Esa cita se la consiguió el congresista antioqueño Jorge Gómez Gallego, con quien días atrás nos habíamos reunido en Medellín. 

Fueron muchas noches en vela en las que él me escribía al chat de Whatsapp para expresarme su preocupación, porque no contaba con muchos recursos para poder asistir a citas en donde lo invitaban a reunirse con funcionarios públicos, que simulaban tener algún interés en sus denuncias, o para contarme algún dato relevante sobre los malos manejos en el Hospital de Caucasia. Como aquella vez que me mostró a través de Skype el organigrama que estaba organizando sobre el ‘carrusel de salud’, plataforma que denunció el concejal de Medellín en el periodo 2016-2019 Bernardo Alejandro Guerra, y que explicaba los nexos de los gerentes de los hospitales de Yolombó, Caucasia, Yarumal, La María -en Medellín-, Marco Fidel Suárez -en Bello- y el Hospital General de Medellín, entre otros, quienes tenían vínculos con empresarios que manejaban empresas que construían hospitales, lavaban ropa y prestaban asesorías contables -de todo como en botica-, pero que resultaban siendo los empresarios que apadrinaban a estos gerentes en los concursos de méritos realizados por la Universidad de Medellín.

La mayor decepción del médico Óscar Pastrana fue en enero de 2020, cuando se enteró del nombramiento del subgerente Félix Olmedo Arango como alcalde (e) de Caucasia, ante la suspensión de la elección del alcalde electo en octubre de 2019, el periodista Leiderman Ortiz Berrío, quien de acuerdo con el Tribunal Administrativo en las pruebas preliminares, y luego en el fallo de agosto de 2020, estaba inhabilitado para aspirar a ese cargo por haber celebrado contratos con el hospital y la alcaldía dentro del año antes de la elección. Esa fue la oportunidad para que el ‘clan Rodríguez’ adquiriera más poder.

Los tentáculos en el poder regional y local del ‘clan Rodríguez’ fueron menoscabando la confianza del médico Pastrana en los órganos de control y en la Fiscalía. Las denuncias que él había radicado no se movían. Fue así como se dedicó durante el 2020 -con la pandemia-, a apoyar a sus colegas médicos, lo que lo llevó a trabajar en la Clínica Rosales, de Pereira, donde se contagió de covid-19. Apenas se recuperó se mudó a Bogotá, donde trabajó hasta que se produjo su extraño deceso, el sábado 12 de diciembre, siendo encontrado en uno de los baños de la Clínica Los Nogales, en Bogotá. El dictamen de Medicina Legal arrojó como causa de la muerte un paro cardiorrespiratorio, lo cual está en investigación.

El trabajo de denunciar los malos manejos en el hospital y la alcaldía de Caucasia lo asumí yo, que para ese momento tenía seguridad por parte del Estado, algo que el médico Pastrana no pudo lograr con la Unidad Nacional de Protección -UNP-, pese a varias solicitudes, por lo que en vez de buscarse más problemas se dedicó al activismo médico. Mientras tanto, yo continué revisando contratos y cruzando datos, lo que me llevó a hacer más de veinte artículos en mi blog personal y a radicar el mismo número de denuncias -entre penales, fiscales y quejas disciplinarias- sobre el ‘clan Rodríguez’, en cabeza del alcalde (e) Felix Olmedo. 

El legado del médico Óscar Pastrana, por ahora, está a salvo. Solo nos queda esperar que la Fiscalía haga su trabajo. 

* Sergio Mesa Cárdenas es investigador de la oenegé Corpades y de la agencia de prensa Análisis Urbano. Ha sido investigador de la Fundación Paz y Reconciliación -Pares- y columnista de los portales Las2orillas, La Nueva Prensa, La Oreja Roja y Bajo la Manga. Tiene un blog personal (www.mesasergio.blogspot.com.co) en donde publica investigaciones sobre corrupción

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