Vorágine obtuvo siete relatos que constan en las denuncias hechas ante la Fiscalía por exmiembros de la iglesia Centro Cristiano de Alabanza El Shaddai, en Bogotá.
9 de febrero de 2021
Por: Pacho Escobar. / Ilustración: Camila Santafé
Denuncias violencia sexual

El pastor José Francisco Jamocó fue denunciado por violencia sexual. En los formatos de noticia criminal que reposan en la Fiscalía también se le acusa de delitos contra la libertad, integridad y formación sexual. El primer canal en revelar los hechos fue el de Las Igualadas, en su cuenta de YouTube el pasado 28 de octubre de 2020. Ellas fueron tuteladas por el pastor Jamocó, quien por intermedio de su abogado les solicitaba retirar el video; bajar todos los post en Twitter, Instagram y Facebook; eliminar la publicación indexada en El Espectador; pero además, rectificar toda la información. 

Todas las pretensiones de Jamocó no fueron acogidas por el juez al que le llegó la tutela. Sin embargo, este sí les solicitó a las periodistas aclarar que el pastor José Francisco Jamocó Ángel no ha sido condenado. Así lo hicieron Las Igualadas: el pastor Jamocó no ha sido condenado. 

La voz de Adriana Lucía

Justo después de la publicación de Las Igualadas, la reconocida cantante Adriana Lucía hizo público en su cuenta de Twitter un testimonio donde brindó varios elementos sobre el caso de Francisco Jamocó. De entrada relató que a muy corta edad llegó a esa iglesia. Allí asistió durante una década. De los denunciantes contra Jamocó aseguró que los conocía a todos. Aunque advirtió que nunca sufrió ningún abuso por parte del pastor, sí habló de algunas conductas que ella cuenta pudo presenciar: asegura que Jamocó se expresaba de manera despectiva sobre algunas mujeres y que decía que se le ofrecían. La cantante en sus publicaciones demostró que se ponía de parte de los y las denunciantes, aseveró que muchas familias estaban destrozadas y que había madres e hijas abusadas. Y remató diciendo que si Jamocó era inocente que fuera a la justicia y no la evadiera.  

Las denuncias

Vorágine obtuvo los testimonios de siete de los diez denunciantes que se presentaron ante la Fiscalía. En sus relatos se pueden identificar varios patrones. Las mujeres aseguran que el pastor las besaba en la boca de manera abusiva con el argumento de que se trataba del ‘Ósculo Santo’. La frase ‘Ósculo Santo’ aparece en la Biblia de la siguiente manera: “Saludaos los unos a los otros con ósculo santo”. Se encuentra en Romanos 16:16, en Corintios 16:20, pero en el enunciado no se advierte que sea un beso en la boca; sin embargo, según sus testimonios el pastor le daba su propia interpretación a la Biblia. 

También relatan que las arrinconaba contra la pared, sin más salida; aseguran que les hacía sentir el pene erecto; señalan que las hacía sentar en sus piernas; y algunos testimonios coinciden en relatar presiones para no denunciar teniendo en cuenta la desigual posición de poder en la que se encontraban, al ser Francisco Jamocó el pastor principal de la iglesia a la que asistían.   

A continuación reproducimos algunos apartes:

María Fernanda Hernández

María Fernanda Hernández cumplió 41 años, está casada y tiene dos hijos. Dice que entró al Centro Cristiano de Alabanza El Shaddai a los 17 años. Ya había estudiado algo de música y se había enterado de que la iglesia tenía un grupo artístico donde estaban haciendo audiciones. María Fernanda quedó seleccionada y así empezó a asistir a la primera sede. En sus relatos ante la Fiscalía asegura que fueron varios los episodios en los que se vio vulnerada por el pastor Jamocó:

“Pasando los días ya el pastor Jamocó me besaba con lengua, me arrinconaba hacia la puerta y la pared. Esto siempre pasó en la primera sede de la iglesia en la oficina del pastor carrera 22 # 51 40 barrio galerías. (…) Estas situaciones fueron en el año 1997, 1998, 1999.  Me decía luego de la presentación que todo salió muy bien, que todo el tiempo me había estado mirando mi cola y que se había alcanzado a excitar y que había sentido deseo sexual por mí (sic)”. 

Hay muchas otras escenas que relata María Fernanda, pero por lo explícitas y violentas, Vorágine se abstiene de publicarlas.

Indira Zumba

Indira Zumba asegura que llegó a la iglesia del pastor Jamocó después de haber sufrido abusos por parte de su padre, su abuelo materno y tres tíos. Quiso refugiarse en un lugar seguro, pero según su relato, todo siguió siendo oscuro. Indira denuncia que desde que llegó sufrió diversos actos de violencia sexual:

“(…) Me dijo que eran tantas las veces que él tenía que ministrar sobre estos temas que a él no le producía nada en su cuerpo, que no le generaba ninguna excitación, ni ninguna erección, por lo que me dijo que yo lo podría comprobar, me hizo poner de pie en frente suyo, luego me puso la mano en la cintura y me apretó hacia él. En ese momento sentí su (…) y yo me asusté mucho, pero no le dije ni hice nada. Luego puso sus manos en mis nalgas, me apretó fuertemente hacia él y me dio un beso largo en la boca introduciendo su lengua. Yo estaba tan asustada que me quedé petrificada con mis ojos completamente abiertos y esperando el momento de salir de ahí. Cuando terminó ese beso que para mí fue completamente asqueroso, él me dijo que ese era un secreto entre nosotros, que esa era su ‘ministración’ personal para mí de parte de dios y que no debía contarle a nadie. Yo salí de su oficina y me fui corriendo a mi casa llorando (…) Al otro día se lo conté a mi madre y ella tomó una actitud pasiva, me dijo que no pasaba nada y que siguiera mi vida (sic)”. 

“(…) A las siguientes semanas, William Mejía buscó una cita para hablar con el señor Jose Francisco Jamocó Ángel quien estuvo dentro de la reunión con su esposa. William le preguntó que de qué se trataba todo esto, ante lo cual el señor Jose Francisco Jamocó se puso de pie y me agredió verbalmente diciendo: ‘A esta qué le pasa, todo el mundo se la quiere comer, el papá, los tíos, los hermanos, los vecinos, y luego viene aquí hecha la santa con sus falditas cortas, su ropa apretada y su miradita de yo no fui a buscar consejería, todo eso es mentira, (y señalando a la esposa continuaba), sí o no María C., cómo vino esta perra un día (y le gritaba a William), vino con semen en el pelo, con semen en el pelo, William imagínate a quién estás defendiendo’ (sic)”.

Patricia Campos Ramírez

Según Patricia Campos, las primeras veces que acudió a la iglesia del pastor Jamocó lo hizo junto a sus papás. Sin embargo, a su mamá de entrada no le gustaron los comentarios sexistas y machistas de este líder. Así mismo, a su papá lo desencantaron las diversas solicitudes de dinero que les hacía a los feligreses. Los mayores decidieron acudir a otra iglesia, mientras que Patricia optó por quedarse, tanto así que un año después conocería allí a quien hoy es su esposo. Sus declaraciones ante la Fiscalía aseveran que de un momento a otro el comportamiento del pastor Jamocó cambió hacia ella y que esto terminó en diferentes acciones de violencia sexual:

“Ya con 37 años y luego de llevar 16 años en la Iglesia un día en ese febrero, asistimos en la mañana al servicio, ministramos, vendí las panes y me quedaron algunos, (…) el Pastor Francisco Jamocó me mandó llamar y llevarle los panes que habían quedado, así que recogí y subí. Mi sorpresa fue cuando al abrir la puerta él estaba solo en la oficina, cuando siempre que uno subía había gente allí, a pesar de eso, entré, le entregué los panes, me los pagó y me pidió que me sentara a su lado en el sofá, poco a poco se acercó más, hasta que sus rodillas quedaron junto o las mías, empezó a decirme que estaba muy bonita, que siempre había sido la más bonita de la iglesia, que siempre le había gustado, que ese cuerpo que tenía y con tres hijos, me preguntó si me había hecho alguna cirugía, a lo que respondí que no, entonces me mandó la mano a lo cola y me dijo que tenía una cola muy linda y que ese pantalón se me veia muy lindo, me tocó la cola y con su mano en ella, me acercó su cara a la mía, de repente me dio un beso con lengua y yo solo me quede inmóvil, no pude reaccionar (…) mi cabeza estallaba con mil pensamientos, dentro de mí pensé, ‘no puede ser, otra vez no’, La sensación de su lengua me hizo volver años atrás, de nuevo tuve miedo, el corazón empezó o latir más rápido. Luego de besarme volvió o decirme que le gustaba desde siempre, pero me pidió que no le dijera a nadie, que eso iba a ser nuestro secreto, ‘mi monita, ahora eres mi novia. eres mi favorita, yo me sentí tan ausente que no supe ni cómo me despedí’ (sic)”.

Diana Gómez

Diana Gómez llegó con toda su familia al Centro Cristiano de Alabanza El Shaddai cuando  tenía 11 años. Según su testimonio, su núcleo familiar no padecía de ninguna situación de violencia, pobreza o alguna situación lamentable. Al contrario, tenían una vida tranquila. Sus relatos dan cuenta de acciones de violencia sexual en su contra que, aunque según Diana ocurrieron hace muchos años, solo tuvo la valentía de denunciar ahora, al enterarse que otras personas también habían decidido hacer lo mismo ante la Fiscalía:

“La agresión sexual que me hizo José Francisco Jamocó Ángel consistió en que en el año 1992, siendo yo menor de edad con tan solo 13 años, estando en la sala de su casa esperando por algo que me habían mandado recoger de la iglesia que era muy cerca a su casa, se sentó a mi lado, estábamos hablando de algo y comenzó a decir que yo era muy bonita, me puso la mano en mi pierna, yo estaba con una falda y me dijo que tenía las piernas más lindas de la iglesia; en ese momento llegó su esposa y me entregó lo que estaba esperando, así que me fui”. 

Ana Milena Rubiano

Ana Milena fue la primera mujer en atreverse a denunciar al pastor José Francisco Jamocó por acoso y violencia sexual. Lo hizo en marzo del año 2019 ante la Fiscalía General de la Nación. Ana Milena da cuenta que desde el año 2005 comenzó a trabajar para el Centro Cristiano de Alabanza El Shaddai como recepcionista y estando en ese cargo, asegura, el pastor se sobrepasó con ella en varias oportunidades. Aquí publicamos los apartes menos escabrosos de su testimonio: 

“En el año 2005 yo estaba trabajando para la iglesia como recepcionista y me mandó llamar al segundo piso (…) me cogió del brazo y me sentó sobre sus piernas (…)  yo me sentí incomoda y me paré y le dije que lo veía como un padre y que no confundiera las cosas, se excusó y me dijo que me fuera. (…) Me decía que no me sintiera mal porque era algo que Dios permitía y que yo era un regalo de Dios para él (…) yo no sé cómo me dejaba hacer todo esto, porque tenía miedo, me daba vergüenza decirle a alguien, me daba pena de que me juzgaran, sentía la presión de la iglesia y de desenmascarar a una persona como él, por eso no le contaba a nadie. En el año 2010 me ascendieron a asistente administrativa y el pastor dio la orden de que me dejaran arriba, en este momento el pastor aumentó sus actos sexuales. (…) Continuó todo el año 2011, 2012, 2013 en la misma situación conmigo de tocamientos, de besos (…). En el año 2012 me llamó a su oficina (…) se bajó la cremallera y se bajó su pantalón y sus interiores y me hizo (Ana narra una escena muy explícita a la que según su relato, fue sometida por Jamocó), esto lo hizo en dos ocasiones ese mismo año. Tomé la decisión en junio del 2014 de renunciar y monte un local. y el pastor tomó mi renuncia y me dijo que él sentía que esa carta era una herramienta del diablo para destruir mi matrimonio porque él no quería que me fuera”.

Andrés Moreno

Andrés Moreno ingresó a la iglesia del pastor Jamocó en enero de 1995. Desde aquella época empezó a participar activamente en la parte técnica, en el sonido y también como baterista del grupo musical. Por sus labores más tarde sería nombrado pastor juvenil y más adelante entraría de lleno a ser parte de la nómina de la iglesia. Tal vez por ello sus denuncias podrían tener mucho peso en este proceso:

“Me enteré de la agresión sexual de José Francisco Jamocó Ángel contra mi mamá Irma Torres en el año de 2009, agresión que ella llevó en silencio por muchos años a pesar de la destrucción y la ruptura que tuvimos como familia, en este año mi mamá padeció un cáncer y a raíz de esto, estando ella convaleciente, me contó de la agresión que había sufrido, que no me había dicho nada para guardar mi corazón y para que yo no cambiara mi perspectiva de Dios, pero me describió cómo fue la agresión, tiempo después de que la contrató José Francisco Jamocó como secretaria de la iglesia la llamó a una ‘consejería’ y como mi papá había fallecido hacía poco tiempo, empezó a preguntarle por su vida sexual, mi mamá evadiendo sus preguntas porque se sentía muy incómoda intentaba no responder, en ese momento él se puso de pie, le pidió lo mismo a ella y la cogió contra una mesa de reuniones que había en su oficina y la empezó a manosear y a intentar darle besos en la boca, a refregar sobre ella su pene, ella como pudo se rehusó y no lo permitió y le dejó muy claro que ella por su necesidad no se iba a poner a acceder a sus pretensiones sexuales, que ella no era ese tipo de mujer que por la necesidad daba beneficios sexuales para obtener dinero y como pudo salió de la oficina y se fue de la iglesia sin ninguna explicación, este fue el real motivo por el cual renunció y no volvió a asistir a la iglesia (sic)”.

Según el testimonio de Moreno ante la Fiscalía, cuando supo que el pastor Francisco Jamocó se había sobrepasado con María Fernanda Hernández, lo buscó en la oficina principal de la iglesia. Publicamos parte de su denuncia donde relata el enfrentamiento que tuvieron:

“José Francisco Jamocó Ángel empieza a llorar y dice ‘se me fueron las luces’, seguía llorando y no nos daba cara, con su rostro entre sus manos y recostado en su escritorio nos decía ‘es que yo cometí un error, me dejé llevar por mi humanidad’, él se seca las lágrimas y nos pide perdón, nos dice, ‘muchachos’, refiriéndose a María Fernanda y a mí, ‘muchachos por favor no le cuenten a nadie, vamos a hacer borrón y cuenta nueva’, él siempre se mostraba muy humano, que él en medio de que era un ‘hombre de Dios’ también cometía errores. José Francisco Jamocó Ángel dijo que hiciéramos una oración y él oró en voz alta diciendo que “se le habían ido las luces” pero que íbamos a empezar de ceros con la bendición de Dios, nosotros le creímos y realmente dejamos así, para nosotros fue un borrón y cuenta nueva pero para él no, ya que empezó en reuniones con algunos líderes una retaliación o venganza a decir mentiras nuestras, para que lo que nosotros pudiéramos decir no tuviera credibilidad, que María Fernanda ‘se le metía a la oficina a desnudarse’, como lo había confrontado por sus acciones de tipo sexual respecto a varias amigas y asistentes de la iglesia empezó a decir que ‘yo era el siete mujeres’ (sic)”.

Esteban Barrios

Esteban Barrios ingresó al Centro Cristiano de Alabanza El Shaddai en septiembre de 1997 y se retiró en abril de 2015. Su papel en esta iglesia fue protagónico teniendo en cuenta que llegó a ser pastor asociado y que estuvo muy cerca de Francisco Jamocó. Sus denuncias contra este último se suman a las de nueve personas más:

“Marco Delgado era un asistente informático en la iglesia que sufría una discapacidad motriz (parálisis en su mitad derecha) y que, según José Francisco Jamocó Ángel, ‘recogía cartones en la calle’ (luego supimos que era mentira). Marco era licenciado en matemáticas de la Universidad Distrital pero no ejercía su carrera porque José Francisco Jamocó Ángel le decía que ‘nadie más lo contrataría por su discapacidad’. José Francisco Jamocó Ángel le decía a Marco Delgado que ‘seguro era homosexual y por eso no tenía novia’ y lo humillaba diciendo en público frente a él que ‘no podía ni masturbarse’ (hacía ademanes de burla mientras lo decía). Marco Delgado trabajaba los 7 días de la semana (sic)”. 

“También tenía un grupo de personas a los que denominaba ‘columnas financieras’ y lo estableció tergiversando pasajes bíblicos que interpretaba de forma amañada para poder quedarse con los diezmos y ofrendas de ese grupo. Estos diezmos y ofrendas no eran registrados en la contabilidad de la iglesia. Eran guardados en efectivo (recuerdo que una vez mientras le ayudaba en un trasteo de una casa en Nicolás de Federmán a un Penthouse en el Barrio J Vargas, conjunto San Isidro, conocí su caja fuerte personal donde guardaba el dinero de sus columnas financieras y dinero en dólares. 

Para el 2005 o 2006 comenzó el ahorro pro templo y empezó a celebrarse a inicios de cada año ‘las fiestas de las primicias’ (consistía en entregar a la iglesia los primeros frutos de nuestro trabajo, incluyendo quincenas) con las que se incrementaba dicho ahorro. Recuerdo que para los años 2011-2012 ese ahorro había llegado a $430.000.000 y que en una decisión sin consultar a la junta directiva ni a los pastores asociados José Francisco Jamocó Ángel la prestó a una señora llamada Rocío de Castellanos (copropietaria de Cambios Country) que luego se vería envuelta en un escándalo de Intervalores. Ella desapareció con ese dinero. El dinero nunca se recuperó. José Francisco Jamocó Ángel también invirtió dinero personal con ella y además reunía personas para que fueran inversionistas de los negocios de dicha señora. La pérdida de ese dinero fue decepcionante para mí pues las personas ‘sembraban’ con fe y sacrificio y no había manera de recuperarlo. Siempre le dijo a la congregación que el dinero estaba dando intereses (sic)”. 

“Lo cierto es que la congregación no tiene sede propia y él con un patrimonio mayor a los $2.000.000.000 (sic)”. 

La defensa del pastor Jamocó

El 10 de noviembre de 2020 en La W Radio, el pastor José Francisco Jamocó se defendió:

“Realmente las 10 personas que me han colocado la denuncias hicieron parte de mi congregación, algunos de ellos, en la parte administrativa y otros que son la parte ministerial. Estuvieron conmigo un promedio de 20 a 25 años. Promedio. Y salieron de la iglesia por cosas que no les gustaban. Estuvieron completamente en desacuerdo con mis decisiones. Algunos esperaban algo más de la iglesia. No se les pudo otorgar lo que pretendían y esto hizo que ellos salieran, de esas personas que me denuncian, hay 5 o 6 que se fueron de la iglesia hace 20 años. 20 años que no los veo. 20 años que no sé de ellos”. 

“Bueno, yo creo que ellos tienen una especie de plan sistemático con el fin de arruinar el nombre de la iglesia. Es un plan sistemático con el fin de degradar mi imagen, puesto que son personas que se conocieron en la iglesia, estuvieron juntos por 20, 25 años. Es de aclarar que, dentro de esas personas, hay cuatro parejas, esposo y esposa, y a mí me parece bien curioso, Julio, apreciando su tiempo, que unas personas que dicen que fueron abusadas permanezcan en el sitio 20, 22 años, ayudando a la iglesia, trabajando en la iglesia. Yo no puedo entender cómo una persona que dice que se le abusó, que se le irrespetó, se mantenga tantos años en la congregación”. 

“Adriana Lucía, sí hizo parte, prácticamente, de nuestra familia cuando ella llegó a Bogotá buscando su posicionamiento como artista. Creo que lo ha logrado y se lo merece. Estuvo conmigo cerca de 10 años. Hizo parte como de nuestros hijos. Siempre compartimos y ella se desvinculó de mí hace unos 10 años porque se fue del país. Pero si usted lee atrás de lo que ella dijo. Ella dice más atrás de ese chat que usted acaba de leer señorita, que ella nunca vio nada. Dice que a ella nunca la irrespeté. Dice que ella fue parte de la familia, pero se está guiando por lo que la gente dice”.

Periodista:

“Pastor, quiero empezar con lo que es normal para usted, usted. ¿A usted le parece normal darle besos a una niña en la boca?”. 

Francisco Jamocó:

“Esa es una de las aseveraciones más fuertes y más temerarias que cursaron en la Fiscalía 69. Yo rendí allí, a la fiscal, un interrogatorio. Como no se presentó ningún tipo de prueba, yo, simplemente, dije: ellos están hablando, diciendo…quisiera que presenten las pruebas, mientras que, en el caso de Patricia Campos, que es la que temerariamente intentó involucrarme con sus hijas, pues yo pregunto: cómo es que Patricia, que tiene 23 años en la iglesia, que conoce, supuestamente ella, que yo puedo ser terrible. ¿Por qué ella permanece en la iglesia 23 años?, ¿por qué permite que yo sea el que la case?, ¿por qué permite presentar a los niños en la iglesia, presentar equivale al bautismo de los niños en la iglesia católica? Las presento”. 

“Les enseñó a sus hijas a decirme abuelo, estaban permanentemente con ella, los niños solamente vienen a la iglesia los días domingo y cuando yo estoy predicando, los niños están en sus salones, en sus respectivas clases y están haciendo devocionales. Yo nunca tuve acceso a darles clases a los niños. Nunca admití niños en las oficinas. Así que ese es un asunto que, como lo puede definir la Fiscalía 69,  como no se pudo presentar un material probatorio, yo sí pude llevar material de chats, de todas las cosas de gratitud que me expresaba Patricia, permanentemente. Me decía papastor. Me agradecía todo lo que había hecho por ellos. Le dejé una escuela musical por cerca de 23 años. Nunca les cobré arriendo. Siempre ayudándoles, siempre colaborandoles”.

El presente del pastor Jamocó

Francisco Jamocó Ángel tiene 64 años. Su esposa es María Claudia Suárez, con quien tuvo dos hijos: Óscar Iván y Claudia Lorena. Jamocó montó el Centro Cristiano de Alabanza El Shaddai en el año 1991 en un garaje del barrio Galerías de Bogotá. Más tarde logró rentar una bodega en el mismo sector. Hace tres años la iglesia se trasladó a su gran sede en el barrio Álamos. Según las entrevistas que ha dado, el propio Jamocó se jacta de que su iglesia es seguida por miles de personas. Las fuentes consultadas para este reportaje dan cuenta de que Jamocó también hace alarde de tener su propia inmobiliaria y varias propiedades a su nombre “gracias a las bendiciones de Dios”. Otro de sus negocios, pero este manejado por su hijo Iván, es la empresa Shelter Alta Tecnología, en la cual produce material de audio y video y donde comercializa sus libros. 

Jamocó ha emprendido batallas legales contra varios de los periodistas que se han atrevido a dar a conocer las 10 denuncias en su contra. Incluso, aprovecha espacios en sus alabanzas para lanzar indirectas. “¿Usted se imagina donde el profeta hubiera caído en las garras de un periodista enemigo de Dios? Y lo sacan en la primera página (…) Y el título: ‘Desgraciado pastor le quita el dinero a una pobre viuda’. Y lo satanizan. La gente, pero no Dios”, dice Jamocó. Como si el periodismo estuviera para callar y no para buscar la verdad. 

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