El 18 de septiembre, Vorágine publicó un reportaje que recogía 14 denuncias en contra del periodista Carlos Lajud por censura, acoso sexual, maltrato físico y psicológico. El 10 de octubre apareció en un evento como gerente de comunicaciones de la FCF.
30 de octubre de 2022
Por: Laila Abu Shihab Vergara / Ilustración: Angie Pik

El 25 de septiembre de 2022, a las 1:33 de la tarde, alguien ingresó a Wikipedia para modificar la entrada del periodista deportivo Carlos Alfonso Lajud Martínez. Desde una dirección IP anónima quitó dos párrafos en los que se hablaba de las críticas que Lajud ha recibido durante años por parte de varios colegas y se mencionaba una investigación de Vorágine, que recogió 14 testimonios de intentos de censura, maltrato físico y psicológico, intimidaciones y hasta acoso sexual en su contra. A las 3:31 de la tarde del mismo día, otro colaborador de Wikipedia, este sí identificado con su nombre de usuario en la plataforma, revirtió los cambios, pero tres minutos después, desde la misma IP anónima del primer intento, quisieron volver a blanquear la biografía para quitarle todo rastro de cuestionamientos.

Facsímil de Wikipedia que muestra que el 25 de septiembre pasado alguien modificó el perfil de Carlos Lajud en esta página web.
Facsímil que muestra cómo luce actualmente la biografía de Lajud en Wikipedia, que recoge las denuncias hechas por Vorágine y que fueron replicadas en otros medios nacionales.

Desde que Vorágine publicó el reportaje con las denuncias en contra del hombre más poderoso de las comunicaciones del fútbol colombiano, el 18 de septiembre, han pasado muchas cosas. 

Trataron de editar su biografía en Wikipedia, nos llegaron 12 denuncias adicionales de periodistas deportivos, que confirmaron y ampliaron los testimonios que ya teníamos, y surgieron rumores de que el nombramiento de Lajud como director de comunicaciones de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) se había caído. Pero la entidad, en cabeza de Ramón Jesurún desde 2015, parece ciega, sorda y muda ante la gravedad de las acusaciones, cada vez más ruidosas en redes sociales y dentro del gremio. 

El 10 de octubre, en un evento público encabezado por Jesurún y por la ministra del Deporte, María Isabel Urrutia, Lajud apareció ya no como director sino como gerente de comunicaciones de la FCF. Un cargo más alto del que le habían prometido inicialmente, y en el que ya no tendría contacto directo con la prensa.

Un periodista deportivo describió así la escena: “Lajud parecía el escolta de Jesurún. No pronunció palabra pero estuvo ahí al lado, todo el tiempo”.

¿Qué ha dicho la Federación al respecto? ¿Inició alguna investigación? ¿Se mostró preocupada por las denuncias? 

Las acusaciones

En voz baja, a Carlos Alfonso Lajud Martínez lo acusaban desde hace años de tratar de censurar a los reporteros críticos e incómodos, de ser agresivo y violento. Por miedo a las represalias, a ser vetados o perder sus empleos, las denuncias no salían del círculo de los periodistas deportivos y, si salían, no pasaba nada con ellas. 

En 2015, de hecho, cuando Lajud trabajaba en RCN, el gremio se enteró de que su entonces pareja, también periodista deportiva, lo había denunciado por violencia física y psicológica. Pero eso no pasó del escándalo de unos días y, en 2017, fue contratado como jefe de prensa de la Dimayor, la entidad que maneja todo el fútbol profesional colombiano.

https://twitter.com/CLAJUDCATALAN/status/838099802407731202?s=20&t=gI17pfFUr9NxL-B5h88VaA

En su carta de renuncia a la Dimayor, el pasado 5 de octubre, Lajud asegura que se va “complacido como profesional y como persona”. Y no firma como Carlos Lajud Martínez sino como Carlos Lajud Catalán, el nombre de su papá, un periodista que fue asesinado en 1993 en Barranquilla, después de denunciar la corrupción y los nexos de la clase política y empresarial de la costa Atlántica con el narcotráfico. 

En el reportaje del 18 de septiembre, Vorágine recogió los testimonios de periodistas deportivas que denuncian haber sido maltratadas e intimidadas cuando ellas y Lajud trabajaban en la sección de deportes del canal RCN. También encontró a una reportera que afirma haber sido acosada sexualmente por él durante años, y dice que por haberlo rechazado no ha podido encontrar un trabajo estable en la prensa deportiva.

En esa primera historia, siete periodistas aseguraron que Lajud los había obligado a borrar fotos publicadas en sus redes sociales personales, con el argumento de que los derechos exclusivos de las imágenes que se tomen dentro de los estadios son de la Dimayor, y dos más contaron que les exigió borrar trinos críticos con los dirigentes. 

Y están los reporteros, fotógrafos y camarógrafos que se quejan de que alguna vez Lajud les quitó la acreditación y les prohibió el ingreso a los estadios para cubrir los partidos, aunque esa decisión no recae en la Dimayor sino, en teoría, en cada equipo de fútbol. En 2019, por ejemplo, un fotógrafo de un medio del Atlántico llamado Zona Cero afirmó que Lajud lo sacó a empujones de la gramilla del estadio Metropolitano de Barranquilla, justo cuando iba a tomar la foto de la formación de los equipos.

Hasta la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) se ha pronunciado al respecto y ha insistido en que Lajud, la Dimayor y la FCF den explicaciones sobre el retiro de las acreditaciones de prensa, pues “los clubes deportivos son organismos de derecho privado pero cumplen funciones de interés público y social”, según la sentencia T-498 de 1994 de la Corte Constitucional. Para la entidad que vela por la libertad de expresión en Colombia, al excluir del cubrimiento de todo lo que rodea al evento deportivo a un medio, “se afecta la pluralidad de información y opinión que se debe garantizar en toda sociedad democrática”.

Nuevas voces

El mismo 18 de septiembre, cuatro periodistas deportivos se comunicaron a través del correo electrónico para decirnos que también fueron maltratados por el entonces jefe de prensa de la Dimayor, y que se habían animado a contar su historia tras leer la de Vorágine.

Uno de ellos, que trabaja en el Eje Cafetero, aseguró que las “amedrentaciones a los miembros de la prensa en Risaralda” son muy frecuentes. “Puedo decirles que cada vez que escuchamos el nombre de Carlos Lajud, nos angustiamos. Es un tipo que es un mal ejemplo, es todo lo que un jefe de prensa no debe ser”. El periodista mencionó que en un partido de la Copa Sudamericana que se jugó en Pereira el 26 de abril de este año, entre Deportivo Independiente Medellín e Internacional de Brasil, Lajud le gritó sin razón por estar cerca de la zona mixta. “Lo hizo de muy mala manera. Eso me causó tristeza, porque yo no tenía la intención de acceder a ninguna zona prohibida, y solo quería disfrutar de estar ahí, en un juego de Copa Sudamericana, haciendo mi reportería. Fue muy incómodo el momento: hasta me pregunté si yo realmente debía ejercer un oficio tan desagradecido y a veces con escenarios de maltrato como ese”.  

En total, Vorágine recogió 12 denuncias adicionales de periodistas. Todas profundizan la paradoja de que el hombre al que le pagan para permitir que la prensa acceda a la información y facilitar su trabajo esté haciendo todo lo contrario. Además, en algunos casos amplían las acusaciones. Por ejemplo, dos mujeres aseguraron que Lajud las acosó sexualmente a través de WhatsApp, enviándoles fotografías de sus órganos genitales y pidiéndoles a cambio imágenes de ese tipo. “Lo hace como si no tuviera nada de malo, como si fuera lo más normal del mundo conocer a alguien y empezar a mandarle fotos con contenido sexual para ver qué logra”, comentó una de ellas. 

Y están las personas que alzaron su voz en redes sociales cuando Vorágine publicó el primer reportaje: “Me alegra realmente que por fin exista una denuncia pública hacia este personaje. Son muchos años de atropellos hacia las mujeres del periodismo deportivo colombiano (…) Personalmente no lo viví tan fuerte. Sí hubo insinuaciones morbosas, pero la censura le quedaba imposible porque yo hacía parte de un medio que tenía los derechos del FPC. Pero tengo compañeras que lo sufrieron y sufren. Es un descarado abusador de su poder”. “Suscribo todo lo que dice este artículo de @VoragineCo. El aspirante a ser nuevo jefe de prensa de la @FCF_Oficial, @CLAJUDCATALAN (Carlos Lajud), es un tipo acosador, liso, indelicado, agrandado y maltratador. Trabajé con él en Noticias RCN y me tocó pararlo por atrevido”. “Y les faltó hablar también con dos estudiantes mías de periodismo que trabajaron con él en un programa radial de deportes que también fueron acosadas”.

https://twitter.com/gisselleapa/status/1571505453330272257

Hasta la Asociación Colombiana de Periodistas Deportivos se pronunció, en un comunicado publicado el 24 de septiembre: “En un artículo del medio de comunicación independiente Vorágine y, posteriormente, en otros diarios nacionales, se reiteraron los señalamientos en contra del señor Carlos Lajud por el maltrato y censura hacia el periodismo deportivo del país. De dicho maltrato y censura, como lo hemos denunciado en varias oportunidades a través de ACORD Colombia, fueron víctima nuestros asociados cuando el señor Lajud se desempeñó como jefe de comunicaciones de la Dimayor. Esta situación interfirió en muchas ocasiones y de diferentes maneras en el buen desempeño de los periodistas deportivos, razón por la cual tenemos mucha preocupación porque esto se pueda repetir, por parte de quien se dice sería el nuevo jefe de comunicaciones de la Federación Colombiana de Fútbol”. 

La respuesta de la Federación

Las redes se han llenado de mensajes de personas que exigen un pronunciamiento de la Dimayor, la Federación y hasta el Ministerio del Deporte. Pero nadie en esas tres entidades se ha referido públicamente a las múltiples acusaciones ni ha dicho si se va a abrir una investigación por el caso o, por ejemplo, se va a activar un protocolo para la prevención y atención de violencias basadas en género y violencias sexuales. 

La única declaración fue la que el secretario general de la FCF, Andrés Tamayo Iannini, le tuvo que dar a una periodista que preguntó por el tema, en el evento que se hizo con el Ministerio del Deporte: “Básicamente, conforme a las políticas internas de la Federación como organización, todos nuestros asuntos de contratación pasan por una serie de verificaciones jurídicas y en ese sentido la persona encargada de la dirección de medios no tiene absolutamente ninguna alerta que nos hayan arrojado los sistemas públicos en el país, ni antes ni después del artículo”. 

Insistimos y el 18 de octubre, después de buscar a Carlos Lajud, a Ramón Jesurún y a Juan Pablo Schwitzer -nuevo jefe de prensa de la Federación-, al correo de Vorágine llegó una carta firmada por el mismo Tamayo Iannini, quien dicho sea de paso es uno de los sancionados por integrar una red de corrupción y reventa de boletas de las eliminatorias al Mundial de Rusia-2018, junto con Ramón Jesurún y Álvaro González Alzate, entre otros dirigentes del fútbol colombiano.

Según nos dijo el secretario general de la FCF, en el proceso de selección de Lajud, “de conformidad con políticas internas, se revisaron listas de control y se ofició a distintos organismos para verificar antecedentes penales, disciplinarios y/o de contravenciones”. Además, “tras la publicación de Vorágine se solicitó a la Fiscalía nuevamente informar si el señor Lajud tiene a la fecha procesos abiertos o pendientes, y en caso positivo, el estado de los mismos. La respuesta oficial del ente acusador es que no existen noticias criminales por ningún tipo penal en contra del referido comunicador. Lo propio se pudo comprobar a través de respuestas de antiguos empleadores y en las bases de datos de entidades públicas y privadas consultadas”. 

Es decir, como no encontraron ningún antecedente en una entidad pública, desestimaron las denuncias de los y las periodistas. Y, de paso, olvidaron algo fundamental en estos casos: que las víctimas casi nunca se atreven a denunciar ante la Fiscalía por miedo a las represalias, porque las investigaciones suelen terminar archivadas, porque al hacerlo es muy común que la carga de la prueba se invierta y recaiga sobre ellas y por la revictimización a la que se ven sometidas. 

La Federación no solo siguió adelante con el proceso de contratación, sino que le dio un cargo más importante que el primero que le había ofrecido.

“No deja de ser vergonzoso lo poco que les importa un escándalo. Por supuesto, uno entiende que aquí no hay temas penales, pero hay una cuestión de nombre y de prestigio… y yo me pregunto qué pensarán los patrocinadores, porque en general si uno mira los comentarios en redes sociales está clarísimo lo que piensan los hinchas, pero qué pensarán los patrocinadores. Lo triste también es que los periodistas que en privado comentan sobre la desfachatez de Lajud y de la FCF, no lo pueden hacer en público porque saben que los vetan”, le dijo a Vorágine Alejandro Pino Calad, uno de los periodistas deportivos más reconocidos de Colombia, y quien lleva años denunciando la corrupción en el fútbol.

“Es una bofetada a las denuncias que hicimos, una bofetada a la libertad de expresión”, comentó una reportera que acusó a Lajud de presionarla para borrar un trino en el que criticaba el machismo de los dirigentes y el escaso apoyo a la Selección Colombia femenina.

Hace unas semanas, antes de que la Selección Colombia femenina Sub-17 se convirtiera en el primer equipo de fútbol del país, en cualquier categoría, en alcanzar la final de una Copa del Mundo, varias periodistas deportivas que cubren desde Colombia* el Mundial que terminó este domingo en la India le pidieron al recién nombrado jefe de prensa de la Federación, Juan Pablo Schwitzer, que les ayudara a gestionar entrevistas individuales con el profesor Carlos Paniagua, técnico de las selecciones femeninas Sub-17 y Sub-20. La respuesta fue un no tajante. Pero ellas insistieron y, ante la presión, Schwitzer terminó confesándoles que en ese momento era imposible porque Lajud había dado la orden. Paniagua solo hablaría en conferencias de prensa oficiales. 

“O sea, el tipo llegó a la Federación a jodernos. No solo la vida sino también el trabajo”, comentó una de ellas al reconstruir lo sucedido. 

La primera historia que publicamos sobre Carlos Lajud era sobre abuso de poder. Esta es una historia sobre como cuando se sabe de ese abuso de poder todo sigue igual o, incluso, empeora. 

* Este artículo fue modificado el 30 de octubre de 2022, después de publicado, debido a una imprecisión. En el texto se daba a entender que periodistas que viajaron a la India para cubrir el Mundial Sub-17 habían tenido restricciones para entrevistas al profesor Paniagua por órdenes de Lajud. Esto no es así. Las fuentes consultadas por Vorágine que hablaron de dichas restricciones no hacen parte del grupo de periodistas que viajaron a la India, sino de aquellas que cubrieron el evento desde Colombia.

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