Vorágine publica los testimonios en video de agentes de la Policía que detallan cómo el comandante operativo de la Policía de Sucre asesinó a tres jóvenes en estado de indefensión. Intentaron pasarlos por miembros del Clan del Golfo.
14 de agosto de 2022
Por: José Guarnizo / Ilustración: Angie Pik

Los testimonios son crudos y hacen parte del material probatorio para esclarecer el asesinato de tres jóvenes que el pasado 25 de julio fueron presentados por la Policía de Sucre como miembros del Clan del Golfo y como los responsables del crimen de un patrullero.

Los hechos, sin embargo, no fueron como la institución los pintó inicialmente. Varios patrulleros declararon ante la Inspección de la Policía que Carlos Alberto Ibáñez Mercado, de 26 años; José Carlos Arévalo Contreras, de 18 años; y Jesús David Díaz Monterroza, de 22, fueron asesinados en estado de indefensión y que no pertenecían a ningún grupo armado. 

Y aseguran que quien les disparó a quemarropa y sangre fría fue el teniente coronel Benjamín Núñez Jaramillo, comandante operativo de la Policía de Sucre y de quien hoy se desconoce su paradero. 

Los agentes que fueron testigos de los hechos también dicen que las víctimas no estaban armadas, y que en ningún momento intentaron atacar al coronel. El oficial simplemente decidió acabar con sus vidas sin ningún asomo de compasión, según sus testimonios. Los ejecutó cuando los jóvenes estaban acostados y heridos en la parte de atrás de una camioneta de la institución. Pese a que los patrulleros estaban ante un superior, ellos presenciaron un delito y debían incluso capturar en flagrancia al coronel. Pero guardaron silencio, dijeron que sintieron miedo. 

Los tres muchachos eran de un pequeño corregimiento llamado Chochó, de Sincelejo. A eso de las 5:00 de la tarde fueron abordados por un grupo de policías en un sitio conocido como El Palmar. Los requisaron, a dos de ellos los hirieron con un arma de fuego, después de haberlos golpeado. A los tres los montaron en el platón de una camioneta de la policía a la que también se subió el coronel Núñez. Y allí el coronel los mató.

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“Cuando íbamos a salir se montó el J3 (el coronel Núñez, comandante operativo de la Policía de Sucre). Cuando veníamos en una parte del camino el señor coronel le dio el primer disparo a uno de los sujetos que estaba herido. Al momento quedamos atónitos, no sabíamos qué hacer ni qué decir. Él cogió y les dio otros dos tiros a los otros dos que estaban ahí, y nosotros sin decir nada en el momento. Y callados, con miedo, por alguna represalia del mando, de pronto de cualquiera”, relató ante la Inspección de la Policía uno de los patrulleros que iba a bordo del vehículo, en una diligencia que se llevó a cabo el pasado 2 de agosto a las 2:32 de la tarde.     

El agente contó que a los jóvenes después los llevaron al hospital, adonde los médicos no lograron salvarles la vida.

“Y aquel (el coronel) nos miró de una forma, con la mirada fue suficiente para que no dijéramos nada. Y llegamos acá a Sincelejo, por Guacarí, paramos en el semáforo, él se baja (el coronel) y se sube a la otra camioneta. Después nosotros nos seguimos nomás trayendo a los heridos a la clínica María Reina lo más pronto posible. Se bajan mis compañeros, nos bajamos hacia la parte de atrás del hospital para ingresar. Se dejan los capturados, se sigue con el procedimiento normal como se había manejado, trasladando heridos y ese tipo de cosas” (sic).

El patrullero habla de capturados. Sin embargo, Ibáñez, Arevalo y Monterroza no tenían en ese momento esa condición, pues no estaban cometiendo ningún delito cuando los montaron al carro de la policía.   

Según el agente,  si antes no habían testificado incriminando al coronel era por miedo a que el oficial la emprendiera contra ellos:  

“La razón por la cual no habíamos declarado cierta verdad era por temor a represalias, a que nos pueda pasar algo, porque somos los más nuevos, y el que hizo eso fue un mando alto de la institución, y no sabíamos qué podía decirnos él o dónde podía mandarnos, o algún traslado o algo así. O nuestra carrera, por la que tanto hemos luchado. Además de eso también tengo dos casquillos y dos ojivas del arma que utilizó el señor coronel” (sic). 

“¿Esa las tiene ahí o las va a aportar posteriormente al proceso?”, le preguntaron al patrullero en el interrogatorio.

“Las voy a aportar posteriormente”.

“Cuando las personas fueron subidas al vehículo, ¿iban esposadas?”.

“Dos no iban esposadas y una sí”. 

“¿Quién iba esposado?”.

“El sujeto de buso blanco”. 

“¿Cuando los subieron a la camioneta, alguno de ellos tenía algún impacto de bala?”.

“Sí, uno de ellos tenía dos impactos de bala”.

“¿En dónde?”.

“En la pierna”. 

“¿Los otros no tenían heridas de bala?”.

“No. Uno de ellos tenía un roce de bala en este brazo”.

A sangre fría

Durante el interrogatorio, miembros de la Inspección de la Policía intentaron saber las razones por las cuales Núñez mató a los jóvenes:

“¿Cuando el coronel les disparó lo hizo porque iban a huir o porque iban a atacar al coronel?”. 

“En el momento en que él le dispara al primero, no sé por qué lo hizo, si sería rabia, si se dejó llevar por el momento, pero él simplemente le disparó y ya”. 

“¿Y a los otros también les disparó a sangre fría, como llamamos?”.

“Sí”.

 “¿El arma que usó el coronel es la que da la institución o tiene otro tipo de arma?”.

 “No sé porque él iba a mis espaldas, y mejor no miré porque fue muy, muy impactante”. 

“¿Quién iba en la parte de adelante del vehículo?”.

“En la parte de adelante iba mi subteniente Camila, y el patrullero conductor”.

“Las personas que ustedes dicen que iban capturadas (los tres jóvenes) llevaban algún arma de fuego o algún elemento?”.

“No”.

“¿No tenían nada?”.

“No”.

“Usted dice que cuando llegaron todo el mundo les estaba pegando, ¿más o menos cuántos policías había ahí, alcanzó a reconocer a alguien?”.

“Era gente de civil, un uniformado con chaleco, había de Tránsito, estaba uno de Infancia, había unos 20 o 25 policías más o menos”.

“¿En algún momento escuchó por radio alguna orden de J1 o J2 (comandante y subcomandante de la Policía de Sucre)? ¿Ordenaron agredirlos?”.

“Sí había algunos que decían, pero no eran ellos. Que si estaban, que si estaban heridos, alguna vaina. Pero no era ni J1 ni J2”.

Los inspectores le preguntaron a uno de los patrulleros si el coronel Núñez los reunió después de lo sucedido.

“Momentos después de que ustedes dejaron a las personas en el hospital, ¿habló con ustedes (el coronel)? ¿Qué les dijo el coronel Núñez?”.

“En la noche él nos mandó a llamar, y nos dijo que no nos preocupáramos, que nosotros no habíamos disparado ni nada, y ya”.

“¿No les dio ninguna explicación de por qué los atacó o les quitó la vida?”.

“No”.

“¿Cuántos impactos de bala usted escuchó más o menos?”.

“Siete, más o menos”.

“¿En algún momento alguno de los muchachos (las víctimas) los intentó agredir?”.

“No”.

“¿Desea agregar algo?”.

“Que lo que estamos declarando hoy y que es diferente a la vez anterior era por miedo que teníamos de que nos pasara algo. Y que en este momento necesitamos protección, seguridad”. 

“Escucho más detonaciones y entro en pánico”

Los patrulleros coincidieron en que el coronel Núñez actuó con frialdad. Las versiones de los uniformados que testificaron no se contradicen. Esto fue lo que contó otro de ellos: 

Yo ayudo a cargar a uno de ellos (de los jóvenes), a la camioneta; y a los demás los fueron subiendo… los íbamos a trasladar hacia una clínica para que les prestaran los primeros auxilios. Posterior a eso, cuando ya vamos en camino, porque la camioneta salió a alta velocidad y con la sirena puesta, —iban dos patrulleros, mi coronel J3, el conductor y mi teniente Camila que iba adelante—. Yo y mis dos compañeros, y J3 íbamos atrás-, casi no cabíamos en el platón” (sic). 

Y luego agregó:

“Yo me quedo parado en la orilla, prácticamente. Cuando íbamos a alta velocidad, escucho el primer disparo, casi me caigo de la camioneta, mi reacción fue agarrarme de la silla… cuando ya escucho más detonaciones y en últimas quedo en pánico, y el señor coronel dice ‘no importa que aquí respondo yo, yo soy coronel, ustedes son patrulleros’” (sic). 

El patrullero aseguró no haber hecho nada ante el asesinato que acababa de presenciar: “Quedé ahí en shock, no sabía ni qué hacer sino agarrarme más duro de la camioneta porque sino me caía, no sabía si tirarme porque no podía hacerlo porque sabía que me iba a suicidar porque esa camioneta iba demasiado duro. Posterior a esto, la camioneta siguió su trayecto hasta que llegó al hospital María Reina y ahí quedamos asustados, llegué al baño y tomé un poco de agua, eso fue lo que pasó” (sic).

En un video de una cámara de seguridad se ve el momento en que la camioneta de la Policía llegó con los tres jóvenes al hospital. Detrás, en otro vehículo, llegó el coronel Núñez, quien caminó hasta donde estaban recogiendo a sus víctimas, los miró, cambió de acera y se perdió entre la gente.

Núñez ascendió al grado de teniente coronel el pasado 21 de diciembre, en una ceremonia que presidió el saliente comandante de la Policía, el general Jorge Luis Vargas Valencia.

El senador del Pacto Histórico, Álex Florez, fue el primero en alertar sobre los interrogatorios a los patrulleros de la Policía y las versiones que implican al coronel Núñez en el crimen de los tres muchachos. Lo hizo en plenaria el pasado 12 de agosto. En el recinto del Congreso dio otros detalles: “El coronel sacó la pistola, y a sangre fría les disparó, a menos de diez centímetros de distancia, en la frente, cabeza, tórax y las piernas de los tres jóvenes, ante la mirada impávida de los patrulleros, uno de ellos con 20 años y mes y medio entrar a la policía. Este criminal sacó la pistola y les vació el cargador a los tres jóvenes”, dijo. Y agregó que, con ayuda de un capitán del área jurídica de la Policía de Sucre, el coronel llamó a los patrulleros y les entregó un informe ya escrito que decía que los muchachos hacían parte del Clan del Golfo, para de esa manera legalizar la ejecución extrajudicial.   

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