“Pablo Escobar no fue condenado por narcotráfico”: defensa del padre de Paola Holguín
23 de enero de 2021

Desde la muerte de Pablo Escobar en 1993, mucho se ha hablado de sus testaferros. Uno de ellos es Frank Holguín Ortiz, quien se hizo más visible por su hija Paola Holguín, senadora del Centro Democrático desde 2014.
Vorágine tuvo acceso a un expediente judicial por un proceso de extinción de dominio contra Holguín Ortiz y dos personas más, que determinó que los tres fueron testaferros de Escobar Gaviria. El documento nunca había sido publicado hasta ahora.
El proceso comenzó en 1997, cuando la Dirección Nacional de Estupefacientes, DNE, presentó una demanda ante la Fiscalía para hacerse a las propiedades del difunto narcotraficante, entre las que se encontraba un apartamento, un depósito y un parqueadero, que Escobar Gaviria le vendió a Holguín Ortiz el 4 de diciembre de 1991.
Tanto Fiscalía como Procuraduría concluyeron que esta transacción “no fue más que una simulación: se efectuó cuando el primero ya estaba privado de la libertad y el segundo carecía de capacidad de compra”, se lee en el expediente.
La DNE demostró que entre 1984 y 1992 Holguín Ortiz “incrementó sus activos fijos en forma considerable sin contar con los recursos para justificar tal incremento”.
De acuerdo con el portal Cuestión Pública, Holguín Ortiz “estuvo inscrito en el Registro Mercantil de Medellín entre 1995 y 2011 como comerciante independiente y, entre 1992 y 2003 como asociado a la Discoteca El Abuelo Gozón en Medellín”. En la biografía que tiene en su página web, la senadora del Centro Democrático da a entender que su padre era un dirigente en Antioquia. Así describe su infancia: “Desde los 4 años empezó su actividad política acompañando a sus padres en las correrías y campañas del Partido Liberal en Antioquia”.
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Aunque en este expediente en particular hay un largo inventario de propiedades de Escobar, el apartamento es el único que aparece relacionado en los negocios entre el capo y Frank Holguín.
Escobar compró el apartamento en 1980 por 507.000 pesos, y se lo vendió a Holguín Ortiz once años más tarde por 5.5 millones. El inmueble luego pasó de Frank Holguín a dos dueños más en los siguientes 10 meses. Pablo Escobar todavía estaba vivo.
Ninguno de los tres dueños después de Escobar pudo demostrar capacidad adquisitiva para haber comprado el apartamento, razón por la cual la Fiscalía los vinculó a todos al proceso. Sobre Frank Holguín enfatizó en que su actividad económica “no presenta un comportamiento lógico con los ingresos declarados, ya que manifiesta ser rentista de capital y sus ingresos no están acordes con dicha actividad, ya que son declarados como otros ingresos”.
La defensa de Frank Holguín
Holguín estuvo representado por el abogado Francisco Javier Salazar Pérez, quien a su vez representó los intereses de los hijos de Pablo Escobar, vinculados al mismo proceso del apartamento del edificio Las Lomas en El Poblado, el mismo que fue vendido al padre de la actual senadora. Salazar llevó varios procesos de extinción de dominio que el Estado adelantó en contra del difunto capo.
La defensa de Holguín, en los 6 años que duró el proceso, consistió en repetir que “Pablo Escobar no fue condenado por desarrollar actividades de narcotráfico”.
Pablo Escobar se fugó de la Catedral el 22 de julio de 1992 y fue dado de baja el 2 de diciembre de 1993. Seis años más tarde, el abogado de la familia Escobar y sus testaferros seguían argumentando que el narcotraficante no había sido condenado: “Este apartamento perteneció al extinto Pablo Escobar Gaviria, del que se dice, sin soporte probatorio legal alguno, fue el jefe del Cartel de Medellín; rotulación de estirpe netamente ‘gringa’…”.
Salazar Pérez insistió en que Frank Holguín compró el apartamento conforme a los cánones de la Ley Civil, “prevalido de buena fe, exento de culpa”, aunque para diciembre de 1991, cuando se realizó la transacción, ya era ampliamente conocido en el país a qué se dedicaba Escobar Gaviria. El abogado pidió, además, sacar del proceso a los hijos del narcotraficante porque el apartamento no hacía parte de los bienes a heredar.
“Desde el punto de vista legal Pablo Escobar no fue condenado y son presunciones burdas sin fundamento lógico”, dijo el abogado Salazar en todos los textos que presentó en defensa de Frank Holguín. “No hay prueba de la actividad de narcotráfico desplegada por Escobar Gaviria”, se puede leer en el expediente al que tuvo acceso Vorágine.
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La extinción de dominio
La Fiscalía y la Procuraduría pidieron la extinción al derecho de dominio del apartamento porque su adquisición “fue producto de actividades ilícitas realizadas por Pablo Emilio Escobar Gaviria”. El Juzgado Tercero Penal del Circuito Especializado de Medellín avaló la petición y sentenció que el apartamento, el garaje y el depósito, pasaban a manos del Estado.
La sentencia del 7 de febrero de 2003 no fue apelada por el abogado de Frank Holguín. Se resignó. Quien sí apeló fue el último dueño, el que tenía la titularidad del apartamento en ese momento.
La Sala Penal del Tribunal Superior de Medellín, sin embargo, confirmó la sentencia cuatro meses más tarde: “El testaferrato, o la enajenación aparente del dominio de unos a otros, aún en cadenas sucesivas, era una práctica habitual de los narcotraficantes para encubrir el origen ilícito de los bienes”, aseguró.
El argumento que buscaba absolver a Pablo Escobar de toda culpa porque no había sido condenado no fue bien recibido por los jueces ni por los fiscales. La Fiscalía allegó las declaraciones que entre 1993, cuando Escobar aún estaba vivo, y 1995, rindieron cuatro personas que conocieron de los negocios del capo colombiano. Tres de ellas trabajaron directamente con él.
La senadora Paola Holguín, en marzo de 2019, aseguró lo siguiente: “Mi papá se llama Frank Holguín Ortíz, y se murió en el 2003. Mi papá tiene 16 años de muerto. Cuando empezaron todos estos escándalos yo le pedí a la Fiscalía y a la Dirección de Estupefacientes certificados sobre si mi papá había sido en algún momento condenado por alguna cosa. No existe un solo registro, yo los publiqué”.
Sin embargo, Vorágine tiene el expediente del proceso de extinción de dominio de un bien que pasó de las manos de Pablo Escobar a las manos de Frank Holguín, sin que este último pudiera en ese momento justificar el incremento inusitado de sus activos fijos según los ingresos que recibía, y en el que, además, su defensa siempre apeló a que el narco más conocido del planeta nunca fue condenado.
Paola Holguín es una de las congresistas más cercanas al expresidente Álvaro Uribe Vélez y de hecho es una posible precandidata a la presidencia por el Centro Democrático en las elecciones de 2022. Si bien es la primera vez que se revela el expediente de su padre, ya en 2019 Yohir Akerman, en una columna de El Espectador, había contado del caso de testaferrato de Frank Holguín y Pablo Escobar. En su momento la respuesta de la senadora al periodista fue: “Yo no pateo perro muerto, el que entendió, entendió”, una frase que fue interpretada por el columnista como de amenaza.
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