Antiguos y temidos jefes paramilitares, que habían comparecido ante la justicia, retomaron las armas en la cuna de las autodefensas, donde lideran la expansión del Clan del Golfo.
23 de marzo de 2025
Por: Vorágine
Rearme paramilitar AGC Magdalena medio Elkin Casarrubia, alias “El Cura”

Hace dos años, Elkin Casarrubia, alias “El Cura”, parecía un criminal redimido. El hombre que había comandado frentes de la guerrilla del EPL y luego de las autodefensas, comparecía ante la JEP, donde llegó a ser un testigo importante para revelar episodios de complicidad entre el Ejército y los paramilitares. Incluso, el testigo tenía asignado un esquema de seguridad de la Unidad Nacional de Protección. Hoy se sabe que “El Cura” volvió a las armas, integra la cúpula máxima del Clan del Golfo -o el Ejército Gaitanista (EJC), como se hacen llamar- y es el hombre que supervisa la expansión del grupo criminal más grande de Colombia en el Magdalena Medio. 

Es justo en esa región, donde hace cuarenta años surgió el germen de las autodefensas, que una generación de exjefes paramilitares que parecían retirados de las armas están volviendo al ruedo delincuencial. “Esta es una zona que cuando no está prendida, está en brasas. Y siempre hay gente dispuesta a arrimarle un chamizo para volverla a prender”, dice una fuente que conoce el Magdalena Medio y a varios de los criminales que han dominado ese territorio, que comprende municipios de Bolívar, Cesar, Antioquia, Santander, Boyacá y Cundinamarca. 

Ramón Abril, miembro de la junta directiva de Credhos, una organización defensora de los derechos humanos en el Magdalena Medio, explica el mapa de esa incursión del Clan del Golfo: “Ellos vienen expandiéndose a través de tres bloques: El primero, el Aristides Meza, el que tiene más herencia de la casa Castaño, está en el sur de Bolívar y alcanza a cruzar a Santander. El segundo es el bloque Roberto Vargas, que se está enfrentando con disidencias y ELN en el nordeste antioqueño. Y el tercero es el Magdalena Medio, que es el de los puertos: Puerto Nare, Puerto Berrío, Puerto Triunfo, Puerto Boyacá. Ese bloque es el que tiene el gen de lo fueron las autodefensas campesinas de Ramón Isaza y toda esa vieja escuela paramilitar”. 

Además de “El Cura”, otro de los hombres que movía los hilos de la expansión del Clan del Golfo era Juan Carlos Rodríguez, alias “Zeus”, quien llegó a ser mayor del Ejército y terminó al servicio de los paramilitares y de “Don Diego”, uno de los capos del cartel del Norte del Valle. Al igual que “El Cura”, hasta hace apenas un año, “Zeus” se movía como un hombre libre y era un testigo de la JEP, donde había sido clave en las investigaciones contra varios generales del Ejército por sus vínculos criminales y su participación en falsos positivos. 

Lo que estaba oculto era que “Zeus” se había convertido en un operador del Clan del Golfo, y servía como estratega de su expansión territorial. “´Zeus´ estaba organizando el rearme en la zona, y era el que tenía el contacto con los militares para conseguir armas”, explica Abril. La cercanía de “Zeus” con esa organización criminal era de vieja data, pues desde los tiempos en que era oficial del Ejército, según él mismo confesó, conoció a alias “Otoniel”, quien entonces era un jefe paramilitar en los Llanos, con quien ejecutó operaciones conjuntas contra las Farc y contra la población civil. 

“Zeus” murió en octubre pasado, en medio de un operativo del Ejército y la Policía en Antioquia. En ese momento, el presidente Gustavo Petro publicó un trino que mostraba la superficie de lo que está ocurriendo en esa región: “Ha caído en combate alias ´Zeus´, quien junto al hijo de Ramón Isaza trataba de conformar un bloque de 200 hombres en el Magdalena Medio”. Aunque no mencionó directamente al nuevo socio de “Zeus”, el presidente se refería a alias “Terror”, uno de los herederos del Clan Isaza, fundadores del paramilitarismo, quienes han tenido el control de buena parte de la región durante casi cuarenta años. 

Lo que el presidente confirmaba con su trino era la alianza del Clan del Golfo con el Clan Isaza. Según una fuente de la zona, esa alianza no fue tan pacífica. De hecho, a finales de 2022 hubo un enfrentamiento en el corregimiento de La Danta, en Sonsón, que terminó con la muerte de alias “Azulejo”, un mando medio del Clan del Golfo. Ese asesinato derivó en enfrentamientos en la zona que, según denunciaron los habitantes, causaron más de diez muertes entre los grupos. Incluso hubo relatos de descuartizamientos y cadáveres abandonados en las carreteras.

Las tensiones se habrían extendido tanto que el año pasado se regó el rumor de que el Clan del Golfo iba a matar a “Terror”. Al final, el grupo criminal no concretó su sentencia porque el heredero de los Isaza y su organización aceptaron trabajar para ellos. Una evidencia de esa alianza ya concretada apareció en la libreta de “Zeus”, que fue incautada por la Policía, y cuyo contenido fue revelado por la unidad investigativa de Noticias Caracol. En los apuntes del criminal, “Terror” ya figuraba como un subalterno del Clan del Golfo. 

En esa misma libreta aparecía también el nombre de otro viejo capo del paramilitarismo que supuestamente había dejado de delinquir. Se trata de Arnubio Triana Mahecha, alias “Botalón”, un hombre que comenzó su carrera criminal trabajando para Gonzalo Rodríguez Gacha, alias “El Mexicano”, fue cercano a Ramón Isaza y terminó comandando un bloque paramilitar conocido como las Autodefensas Campesinas de Puerto Boyacá. “Botalón” se desmovilizó, pagó ocho años de cárcel y recuperó la libertad en 2015. 

“Botalón” y “Zeus” también hicieron operaciones conjuntas cuando este último era militar. En la agenda de Zeus, revelada por Noticias Caracol, aparece su nombre vinculado al de “Terror”, y con la instrucción de “activarse en 23 municipios”. “Botalón”, además, es uno de los exjefes paramilitares que fue nombrado como gestor de paz por el gobierno para las negociaciones de la Paz Total. Según una fuente de la zona, su vinculación al Clan del Golfo fue forzada y similar a la de “Terror”. Cuando el grupo criminal llegó a la zona de los puertos sobre el río Magdalena, el viejo paramilitar quiso juntar hombres en armas para defender el territorio que ha ocupado por décadas. Pero al ver la fuerza de los intrusos, prefirió ponerse a su servicio.

Otro viejo jefe paramilitar que se había reactivado y que operaba en el Magdalena Medio era alias “El Pájaro”. Jhon Freddy Gallo, como es su nombre de pila, había hecho su recorrido criminal bajo las órdenes de Ramón Isaza. Luego se desmovilizó, pagó ocho años de cárcel y recuperó la libertad. Tras su aparente desarme, conformó una red de sicarios que tenía influencia incluso en Bogotá. Lo que lo puso en el radar de las autoridades fue su participación en la fuga de alias “Matamba” de la cárcel La Picota. “El Pájaro” se escondió en Puerto Boyacá, donde finalmente fue capturado hace dos años.

El cambio de estrategia del Clan

Un análisis de la Fundación Ideas para la Paz, publicado en octubre pasado, describe los cambios en la estrategia militar y política del Clan del Golfo: “Con la captura y extradición de ´Otoniel´, el Clan del Golfo se alejó de la idea de una estructura basada en un clan familiar (la familia Úsuga David) y empezó a consolidarse bajo el liderazgo de un Estado Mayor Conjunto, imprimiendo ajustes a su modo de operar”. 

Uno de esos ajustes fue el reencauche de los viejos jefes del paramilitarismo, asegura el informe: “Por un lado, (el Clan)  puso en marcha unos procesos de expansión territorial más controlados, haciendo menor uso de franquicias; creó la figura de ´comandante político´ y fortaleció sus procesos de formación interna; profundizó la cooptación o creación de organizaciones sociales y comunitarias, y permitió que el liderazgo fuera asumido por antiguos mandos medios de las AUC, que intentaron posicionar un cierto discurso contrainsurgente”. 

Ramón Abril, de Credhos, explica que el Clan del Golfo empujó a esos viejos comandantes del Magdalena Medio a ponerse de nuevo el uniforme camuflado: “Acá el proyecto paramilitar triunfó, y su poder se normalizó por años en el control de la administración pública, de los candidatos políticos. Ellos nunca se desarmaron, controlaban la zona y todos los movimientos, pero desde las sombras. Lo que hicieron los gaitanistas (el Clan) fue sacar esa estructura de las sombras y volverla una estructura armada pública. La cooptación fue la imposición de los mandos. Les dijeron: ‘nosotros vamos a mandar y ustedes nos responden’”. 

El último episodio que envuelve a los viejos jefes paramilitares fue la muerte de “Terror”, el pasado 22 de febrero, cuando una granada explotó a su lado, en medio de un enfrentamiento con la Policía. Sus honras fúnebres levantaron críticas entre las víctimas del paramilitarismo, pues el criminal fue despedido por una multitud que lo homenajeó en el corregimiento Las Mercedes, de Puerto Triunfo. Hubo altar, música en vivo y disparos al aire. 

“La muerte de Terror para mí es la puntilla final al dominio de los Isaza en la zona. Es decir, ya no dominaban porque él estaba de subalterno del Clan del Golfo, pero con su muerte, ya ni eso”, dice una fuente que conoce el viejo clan paramilitar. Ahora, el mando en los dominios de los Isaza habría quedado a cargo de alias “Simón”, otro criminal con pasado en las autodefensas, pues hizo parte del Bloque Metro. Según denunciaron el senador Iván Cepeda y la Revista Raya, “Simón” es uno de los testigos presentados por la defensa del expresidente Álvaro Uribe en el juicio que se adelanta en su contra. 

Al final, la estrategia de expansión del Clan del Golfo en la región habría dado resultados, según informe de Credhos, publicado a finales del año pasado: “Al realizar un breve comparativo de la presencia de las AGC, respecto al grupo paramilitar de mayor impacto en las últimas décadas, como lo fueron las Autodefensas Unidas de Colombia y su Bloque Central Bolívar, es impactante identificar que las AGC han logrado incursionar en zonas donde las AUC no lograron penetrar en su momento de mayor expansión. En la actualidad, las AGC controlan zonas de histórica presencia del ELN, FARC-EP y AUC. Son el grupo armado ilegal con mayor presencia en el Magdalena Medio”.

Durante el velorio de su hijo “Terror”, en un coliseo de Puerto Triunfo, se vio a Ramón Isaza, fundador del paramilitarismo, quien por su edad camina con dificultad, rodeado de cientos de personas que lo aplaudían. En el interminable reciclaje de la guerra, al hombre de 84 años que contribuyó a expandir el germen paramilitar y todos sus crímenes, fue aliado y luego enemigo de Pablo Escobar, enfrentó a las guerrillas y sostuvo alianzas con agentes del Estado, le alcanzó la vida para ver un nuevo ciclo de la violencia: el del Clan del Golfo asumiendo el control de un región donde se ha definido buena parte de la historia reciente del país. 

Artículos Recientes

Amazonas bonos de carbono Medio ambiente
El mercado de los bonos de carbono ha alterado la vida de las comunidades indígenas del Amazonas, que ahora se enfrentan a las amenazas de organizaciones...
Sociedad Colombiana de Pediatría Ultraprocesados Alpinito Pony Malta Leche en polvo Lactancia materna
Por 25 años, la sociedad científica de médicos que aconsejan a padres y madres sobre la nutrición de sus hijos ha recibido financiación de la industria...
The Inconsistencies Regarding Neutral Plastic Certification That Postobón Isn’t Talking About
VORÁGINE reveals potential conflicts of interest and the concealment of information surrounding the process to certify the Ardila Lülle Organization’s...
Water Hoarding La Calera Tocancipá
What happens when the State does not prioritize water for domestic and human consumption, as required by law, and instead grants concessions to large industries...