18 de junio de 2022
Marelen Castillo Torres, candidata a la vicepresidencia de Rodolfo Hernández, tiene todos los pergaminos de una académica sobresaliente, según se lee en la hoja de vida que está colgada en la página oficial del candidato.
Allí está reseñado que Castillo es licenciada en Biología y Química de la Universidad Santiago de Cali, ingeniera industrial de la Universidad Autónoma de Occidente, y magíster en administración del ITEM, en México. Además, la página consigna que Castillo es doctora en educación de la Universidad de Nova, en Estados Unidos.
En su perfil de Linkedin, la fórmula vicepresidencial de Hernández exhibe, a su vez, un título de maestría en administración, pero del Tecnológico de Monterrey, cuya sigla es ITESM por Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.
Es dicho caso es probable que Castillo tenga una sola maestría en administración, y no dos, si en la página de Rodolfo Hernández confundieron ITESM con ITEM, pues en este último instituto no ofrecen maestrías, sino estudios de bachillerato tecnológico y diplomados. Así se puede ver en su página web.
Si se tiene en cuenta que la maestría de Castillo es del Tecnológico de Monterrey aquí surge la primera duda (al cierre de este artículo Castillo no había respondido a nuestras preguntas sobre este y otros temas). Y es que en el repositorio de este centro de educación superior de México no aparecen producciones académicas ni trabajos de grado a nombre de Marelen Castillo. Solo sale mencionada en los agradecimientos de una tesis de Yuli Tatiana Díaz Galindo.
Lo mismo ocurre con el repositorio de Nova Southeastern University, cuyo campus principal está en Davie (La Florida, Estados Unidos), y de donde Castillo se tituló, según su hoja de vida, del Doctorado en Educación con énfasis en liderazgo organizacional. Allí tampoco hay registro de trabajo de grado, investigaciones o producciones académicas de su autoría.
Hay que decir que el programa de doctorado que Castillo consigna en su hoja de vida no correspondería a un Ph.D. sino a un Ed.D. Un Ph.D (Doctor of Philosophy) significa literalmente, por su sigla abreviada en inglés, Doctor en Filosofía, aunque en realidad es un título de posgrado que aplica para muchas disciplinas y áreas del saber, y obliga al estudiante a realizar una investigación rigurosa para graduarse. Un Ed.D. (Doctor of Education) es un Doctorado en Educación. Las diferencias entre ambos radican en que el primero requiere un trabajo teórico mucho más riguroso los dos primeros años, y puede tardarse más tiempo, mientras que el segundo implica un trabajo más práctico que busca formar al estudiante para que se especialice en hacer algo concreto (en este caso, relacionado con el sector de la educación) y tiene un trabajo de grado más corto.
En la mayoría de Ed.D. a los aspirantes se les exige una tesis. Sin embargo, revisando los requisitos de la Universidad de Nova para acceder a la titulación, los estudiantes pueden reemplazar dicha producción científica por un Proyecto de Investigación Estratégica (SRP, por sus siglas en inglés), como una alternativa a la disertación aplicada.
El programa que aparece en la hoja de vida de Castillo tiene una duración de tres años. Nova es una universidad privada en la que se pueden obtener títulos relativamente rápido. El proyecto de investigación tiene una duración de un año, que es lo que dura un maestría.
El caso de Google Scholar
Google Scholar es un indexador de producción académica de investigadores. Allí Marelen Castillo Torres cuenta con un perfil que, a su vez, incluye diez trabajos presentados como de su autoría.
Sin embargo, al revisar cada uno de los anexos encontramos que un trabajo se repite tres veces y que por lo menos cuatro publicaciones no son de su autoría. El trabajo “Metodologías de trabajo con comunidad: caja de herramientas” fue escrito por el docente universitario José Manuel Montoya Toro. En los agradecimientos aparece el nombre de Marelen Castillo pero simplemente se menciona como Vicerrectora General Académica de la Corporación Universitaria Minuto de Dios, cargo que la actual candidata vicepresidencial asumió entre 2015 y 2020, momento en que el título fue impreso por la editorial UNIMINUTO. Pero no es la autora, como incluso lo reseña Google Scholar.
El segundo artículo que aparece en su perfil académico de Google Scholar es “Propuesta a la Región Piura: Visión de futuro regional compartido y sostenible, con prioridad estratégica de la agroindustria y sin riesgo minero-metalúrgico”, de autoría original de la Ingeniera agrónoma de la Universidad Nacional Agraria La Molina, del Perú, Marlene Castillo Hernández, y no de Marelen, candidata a la vicepresidencia por la Liga de Gobernantes Anticorrupción.
La tercera producción intelectual que registra Marelen Castillo como de su autoría en esta plataforma es “La Responsabilidad social de las bibliotecas”. Al consultar el adjunto, se muestra que en realidad se trata de un resumen de un panel en el que ella participó en la Universidad Eafit.
En el caso de la cuarta publicación, “Tomar la filosofía en serio. Aproximaciones praxeológicas al oficio de filosofar”, Castillo lo anexa como de su creación, pero la autoría real pertenece al investigador Carlos Germán Juliao Vargas. Se trata nuevamente de un trabajo de 450 páginas de la editorial UNIMINUTO en el que el nombre de Castillo aparece por ser la vicerrectora, pero del que no es autora o colaboradora.
Los perfiles de Google Scholar pueden ser creados por los académicos directamente o por alguien a quien ellos designen. Si por error de inteligencia artificial la plataforma cita artículos que no son de su autoría, la candidata podría borrarlos, “especialmente si tienes pocas publicaciones, dado que en el mundo académico las publicaciones son la divisa o moneda a través de la cual ganas prestigio académico y asciendes. Ese correlato en la academia es muy importante, por ejemplo si un profesor tiene un número elevado de publicaciones obtiene mejores condiciones y un mejor salario”, le explicó a Vorágine la antropóloga Rocío Motta, profesora adjunta de la Universidad de Montréal. Según la académica, “todo indica que la candidata tenía una clara intención de engordar su número de publicaciones”.
De acuerdo con otro académico de la Universidad Nacional que pidió no revelar su identidad, si bien no es un delito anexar artículos que no son de producción intelectual propia, incorporar documentos de carácter académico tales como libros, tesis o artículos de revistas en el Google académico incrementa el índice H, que es el indicador que se utiliza para medir las veces que un autor ha sido citado. Lo anterior es considerado en el mundo científico como una falta grave de ética, dado que las universidades pueden guiarse por ese índice para contratar a los docentes. “Así que si tú incluyes libros que no son tuyos pero que han sido citados eso aumenta el índice H del investigador; suscita demasiadas dudas que la candidata teniendo doctorado no tenga un solo artículo de investigación en una revista indexada”.
El caso Researchgate y la hoja de vida en CVLAC
Researchgate es una red social y de colaboración para científicos a nivel mundial. En otras palabras, es como una especie de Facebook o de LinkedIn para académicos. Es muy parecido a Google Scholar pues el investigador, o alguien a quien le pide que lo haga, crea en la plataforma su perfil, y luego adiciona o enlaza las publicaciones de su autoría o coautoría (libros o artículos). La página también contabiliza cuántas veces leen el resto de usuarios de la red esos trabajos y cuántas veces los citan y, de acuerdo con esos números, otorga un puntaje o nivel que, entre más crece, permite que el investigador tenga mayor visibilidad e impacto.
El perfil de Marelen Castillo en Researchgate.net indica que tiene 13 artículos en los que aparece como coautora que, hasta el momento de publicación de esta historia, habían sido leídos por 595 personas y habían sido citados en 258 documentos. En el perfil aparece también que sus habilidades y experticia tienen que ver con la “tomografía computarizada”.
De acuerdo con el perfil de la candidata vicepresidencial, los 13 trabajos enlazados fueron publicados entre septiembre de 1989 y diciembre de 1992, algo que llama mucho la atención pues, de acuerdo con su perfil en LinkedIn, justo en esos años ella estaba estudiando su licenciatura en Biología y Química en la Universidad Santiago de Cali y tenía entre 21 y 24 años. El otro dato curioso es que las 13 publicaciones tratan sobre radiología y neurología, campos que ella no ha investigado.
El más antiguo de esos documentos lleva por título “Spontaneous thrombosis of a direct carotid cavernous sinus fistula: Confirmation by Gd-DTPA-enhanced MR” (Trombosis espontánea de una fístula carótida-cavernosa directa: confirmación por resonancia magnética potenciada con Gd-DTPA), un tema que no es de la experticia de la candidata, y mucho menos cuando tenía 21 años. Buscamos el artículo en la National Library of Medicine (Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos) y sus coautores son cuatro: “M Castillo, M Silverstein, J C Hoffman Jr y D Barrow”. Y ahí está el otro problema: en el perfil de Researchgate la mujer nacida en Cali aparece como autora pero al buscar la publicación, el autor de apellido Castillo es otro, un médico guatemalteco radicado en Estados Unidos que en su página web cita sus investigaciones neurológicas y los más de 30 libros y 400 artículos científicos que ha publicado durante su carrera, y que firma como M Castillo.
La publicación más reciente que aparece en el perfil de Marelen Castillo en esta plataforma es de noviembre de 1992, cuando ni siquiera se había graduado de la Universidad Santiago de Cali, según la misma hoja de vida de la candidata, y tenía 24 años. Lleva por título “Primary neuroblastoma of a vertebra: an unusual location for a variant of primitive neuroectodermal tumor of bone” (Neuroblastoma primario de vértebra: una localización inusual para una variante de tumor neuroectodérmico primitivo de hueso). Fue publicada en el American Journal of Roentgenology y sus autores reales son J C Chaloupka y M Castillo.
En la revisión de otra de las 13 publicaciones, de julio de 1991 en la American Journal of Neuroradiology, de nuevo cuando estudiaba en la Universidad Santiago de Cali, ninguno de los demás autores de la investigación están en Researchgate. El artículo se titula Flow-sensitive MR imaging of ventriculoperitoneal shunts: In vitro findings, clinical applications, and pitfalls (Imágenes de resonancia magnética sensibles al flujo de derivaciones ventrículoperitoneales: hallazgos in vitro, aplicaciones clínicas y peligros).
Aunque el mecanismo semiautomático de Researchgate para enlazar trabajos puede no ser ciento por ciento confiable, sobre todo con los investigadores latinos que tienen dos nombres y dos apellidos, como nos explicó un profesor e investigador de la Universidad Javeriana que tiene un doctorado en Estados Unidos y más de 15 años de trabajo y producción académica, sí es un hecho que cada miembro de la red debería cerciorarse de que los artículos y libros enlazados sean suyos y, en caso contrario, corregirlo manualmente.
El perfil en Researchgate es público y cualquiera puede tener acceso. Es probable que Marelen Castillo lo haya hecho para que su indicador en la plataforma (RG Score) aumente, pues a mayor RG, mayor reconocimiento en el mundo académico y científico.
La página de Marelen Castillo en Researchgate contradice, además, la hoja de vida que la misma candidata vicepresidencial tiene montada en el CVLAC (Curriculum Vitae de Latinoamérica y el Caribe), que en Colombia está alojada y manejada, en estos momentos, por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. El CVLAC también es alimentado por cada investigador, es abierto y entrega una especie de estatus dentro del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, según la producción y hoja de vida, que luego debe ser revisada por MinCiencias. Por esa razón, esta es su hoja de vida más confiable.
De acuerdo con el CVLAC, la fórmula vicepresidencial de Rodolfo Hernández ha dirigido cuatro tesis de grado y ha sido jurado en otras tres, todas en la Corporación Universitaria Minuto de Dios – Uniminuto, y todas relacionadas con temas de formación de estudiantes, liderazgo docente, coaching como herramienta de autorregulación social, estrategias didácticas y evaluación del aprendizaje en los estudiantes. ¿Qué tienen que ver estos temas con los de los supuestos artículos que escribió y publicó sobre radiología y neurología, y que aparecen en su perfil de Researchgate?
De la hoja de vida de Marelen Castillo en el CLVAC también llama la atención que solo aparece como autora de dos libros con el Ministerio de Educación sobre registros calificados para programas académicos y un capítulo de un libro titulado “Leyes, normas y reglamentos que regulan la educación superior a distancia y en línea en América Latina y el Caribe”. No aparece como autora de artículos de investigación publicados en revistas indexadas, algo que, según los académicos e investigadores consultados por Vorágine, resulta por lo menos extraño en una persona que tiene doctorado. Incluso aunque sea un Ed.D, un Doctorado en Educación.