VORÁGINE revela posibles conflictos de interés y el ocultamiento de información que rodean al proceso que certifica como “plástico neutro” a la marca Agua Cristal de la Organización Ardila Lülle.
30 de marzo de 2025
Por: Nicolás Sánchez Arévalo / Ilustración: Angie Pik
Postobón Plástico neutro. Irregularidades

Medios que le pertenecen a la Organización Ardila Lülle registraron la noticia con entusiasmo y de manera simultánea: Cristal, agua embotellada por Postobón, recibió la certificación de plástico neutro. La FM, RCN Radio y el diario económico La República se unieron al coro sin advertir que pertenecen al mismo grupo económico. La información beneficiaba la imagen de la embotelladora y del conglomerado empresarial.

Como producto de esa certificación cada vez que usted compra una botella de Agua Cristal, ve un rectángulo azul claro que contiene una hoja blanca sobre un fondo verde. El sello dice “Neutralidad de plástico”, un concepto que  supone un equilibrio entre la cantidad de este material sintético que la empresa utiliza y el que logra reciclar o reutilizar. Eso se muestra al público como un intento por compensar el impacto del consumo del plástico mediante acciones concretas de recuperación. Es similar al concepto de neutralidad de carbono, pero aplicado a los residuos plásticos.

Lo que no advirtieron la embotelladora y sus medios aliados fue una serie de hechos alrededor de la certificación: información que la empresa se niega a hacer pública, métodos de compensación ventajosos y posibles conflictos de interés. VORÁGINE investigó el proceso para obtener esos reconocimientos y lo transparenta ante la opinión pública.

El nacimiento de la certificación

La certificación nació por cuenta de una norma técnica creada por el Icontec, una compañía certificadora reconocida en Colombia, junto a la fundación Compromiso Empresarial por el Reciclaje (Cempre). El lanzamiento, adelantado el 4 de septiembre de 2022, quedó registrado en video: la cámara mostraba a una persona que hablaba desde un atril, detrás de la cual había un fondo color verde oliva. Las ramas de un árbol que se movían con el viento completaban la imagen. La escena no era fortuita, proyectaba la idea de responsabilidad con el medio ambiente.

En 2021, varios medios de comunicación como El Tiempo, El Heraldo y Forbes Colombia registraron que Nestlé había alcanzado la neutralidad de plástico. Incluso, la compañía publicitó el hecho en su página web y contó con el respaldo público de Carlos Eduardo Correa, ministro del Medio Ambiente durante el gobierno de Iván Duque. Sin embargo, en el lanzamiento de la norma técnica, en 2022, quedó claro que ese anuncio tenía algunos vacíos. Juan Farfán, gerente senior de asuntos regulatorios de Nestlé, contó que no quedaron “100% satisfechos” con el proceso de neutralidad. El ejecutivo dijo que se dieron cuenta de que necesitaban “algo un poco más formal”. Pero no existía una norma que trazara los requisitos para hacer declaraciones de neutralidad.

“Empezamos a tocar las puertas del Icontec para que hoy sea realidad este documento (la norma). Les pedimos que hiciéramos una masa crítica de compañías, de interesados y que nos sentáramos para que ese grupo escribiera la norma. Obviamente con la colaboración del Icontec, para darnos las guías de cómo se debe escribir una norma técnica”. Fueron las empresas consumidoras, productoras y comercializadoras de plástico las que empezaron a construir la norma.

Laura Reyes, directora ejecutiva de Cempre, le dijo a VORÁGINE que en el proceso de elaboración de la norma participó el Ministerio de Medio Ambiente. Para corroborar esa información le preguntamos al Icontec de qué forma habría aportado esa entidad, sin embargo, no obtuvimos respuesta. En la presentación de la norma Diana Álzate, gestora de proyectos de normalización de la certificadora, habló de una “alianza” entre esa empresa y la fundación, no de alguna entidad pública.

Gráfico que se presentó durante el lanzamiento de la norma técnica.
Gráfico que se presentó durante el lanzamiento de la norma técnica.

Ese es un hecho relevante. Alrededor del mundo, las certificaciones de plástico neutro han sido criticadas por organizaciones de la sociedad civil. DW, medio del Estado alemán, publicó una nota titulada “¿Son un engaño los certificados de neutralidad plástica?”, en la cual citaron a Alix Grabowski de la ONG Fondo Mundial para la Naturaleza, quien señaló: “Es bastante engañoso que una empresa afirme que sus productos son neutros en cuanto a los plásticos, pero que todavía se puedan encontrar en la naturaleza”.

El mundo enfrenta una realidad urgente frente a ese material. Los microplásticos han sido detectados en fuentes de agua, alimentos, la sangre humana, placentas de recién nacidos y en animales silvestres. La Universitat Autónoma de Barcelona documentó que el contacto prolongado con esas partículas diminutas genera daños en el ADN, además sería el origen de varias enfermedades y afectaría diferentes órganos y tejidos. 

A lo anterior se suma que la producción de plástico demanda gran cantidad de recursos naturales. Un estudio de la Universidad Autónoma de México demostró que la elaboración de una sola botella de plástico requiere 7 litros de agua. Además, su materia prima es el petróleo. Los intentos de reducir el consumo de ese material a nivel mundial han encontrado la oposición de empresas y Estados petroleros. El diario El País reveló que ante el auge de los carros eléctricos, la industria de combustibles fósiles ha puesto sus expectativas de crecimiento en el consumo de plástico.      

Ese contexto de daños ambientales y a la salud han generado una presión hacia las compañías que utilizan el plástico para vender sus productos. Algo claro es que las empresas estaban interesadas en orientar ellas mismas la norma técnica para su evaluación. Pero hay más. Cempre, que participó de manera influyente en la elaboración de la norma, es una entidad sin ánimo de lucro dirigida por poderosas sociedades interesadas en obtener los certificados de neutralidad de materiales. Su junta directiva está integrada por 13 compañías entre las que se encuentran Postobón, Coca Cola, Alpina, Bavaria y Nestlé. Y el papel de esa fundación corporativa fue más allá de la construcción de la norma.

La aplicación de la certificación: entre socios

La norma de neutralidad de materiales quedó fijada sobre tres pilares: la optimización, la compensación y la comunicación. La idea es que las compañías demuestren que optimizan y compensan la misma cantidad de materias primas que utilizan en un proceso. Pueden certificarse neutros en diferentes materiales como el vidrio, el metal, el plástico, entre otros.

La forma de cumplir el pilar de la compensación es por medio de un sistema llamado créditos de materiales. Entonces, por cada tonelada que la compañía utilice de un material, tiene que compensar un crédito. Se supone que las empresas deben demostrar que apoyan proyectos para reciclar la cantidad de materia prima que ponen en el mercado.

En la puesta en práctica de ese modelo se cruzan intereses económicos. La organización que resguardó esos créditos de material para Agua Cristal fue Cempre. Es decir, una entidad financiada por las compañías termina siendo una validadora crucial de un proceso que beneficia a los integrantes de su junta directiva. Después, el Icontec hizo una auditoría.

Felipe Vásquez, líder del centro de gestión de conocimientos de Cempre, dijo que los créditos de material que ellos validan se obtienen por medio de la iniciativa Red Reciclo, un proyecto liderado por empresas como Postobón, Coca Cola y Nestlé.

Para saber cómo opera ese esquema intentamos comunicarnos con más de cinco organizaciones de recicladores asociadas. Solo una aceptó darnos algunos datos, no revelamos su nombre para evitar perjuicios en su labor. El director de la asociación nos contó que tiene a 50 de los 100 recicladores que trabajan para él vinculados a Red Reciclo. Explicó el esquema así: Cempre pone unas metas mensuales de recolección de materiales que son 25 kilos de Tetra Pack, 25 de PET ámbar (botellas plásticas oscuras), 120 de vidrio y 25 de plástico flexible (bolsas). Dijo que en caso de que un reciclador no logre la meta de uno de los componentes, puede compensar recogiendo más kilos de otro. A final de mes le entregan a cada vinculado un bono de 45.000 pesos para que lo redima en supermercados. Además, le entregan a la asociación 20 millones anuales para suplir necesidades como maquinaria, medios de transporte, entre otros.

Sin embargo, el director aclaró que el contrato entre su asociación y Cempre no incluye PET transparente, que es donde se embotella Agua Cristal. “Ellos sí me informaron que este año se iban a enfocar en el PET transparente, pero todavía no me han dicho nada”, aseguró. Eso devela un hecho: la compensación que quedó incluida en la norma técnica le da una ventana a las empresas para que surtan el proceso incluyendo otros plásticos diferentes a los que usan en su producción. El hecho nos lo confirmó Postobón al contestarnos con qué materiales compensaron: “La cantidad equivalente de materiales plásticos utilizados se compensó con materiales plásticos, entre ellos, el PET, tal como permite la norma”.

Consultamos a Jonathan Sánchez, especialista sectorial y corporativo en cambio climático y biodiversidad de WWF, quien dijo: “Se supone que uno debería de recoger sobre el impacto que está generando. El polietileno es uno de los que más se encuentra en la salud humana. Si ese es el que más tiende a migrar hacia nosotros como humanos, tener una meta de recoger un material diferente, no tendría mucho sentido”. 

Según datos que el Ministerio de Medio Ambiente le suministró a VORÁGINE, en el país se producen alrededor de 1’400.000 toneladas de plástico al año. Del mismo material, en 2020, se elaboraban 316.450 toneladas de botellas para bebidas. En 2023 se aprovecharon 283.531 toneladas de PET. No es claro cuánto plástico utilizan las empresas que componen la junta directiva de Cempre.

Postobón Certificación Plástico Neutro  CEMPRE Icontec

La información poco cristalina

En medio de la presentación de la norma técnica, varios expositores resaltaron la comunicación como un pilar. “Uno de los principios muy claros que tenemos aquí es que hay que llevar una clara contabilización de los materiales. Entonces, si eso es realmente lo que se está haciendo, cualquier persona externa puede llegar y revisar los números y corroborar que lo que se está diciendo es real y se ciñe a lo que se practica en la compañía”, aseguró Farfán, de Nestlé.

Le preguntamos a Vásquez los detalles de la certificación que recibió Agua Cristal: el número de toneladas que registró y la cantidad de créditos de material que resguardó Cempre. “Tengo que validar internamente, pero sí, como eso es un proceso público en el sentido de que yo tengo que comunicar… El primer pilar es optimización, el segundo es compensación, el tercero es comunicación. Entonces, sí debe haber transparencia en la comunicación, nosotros no somos los responsables de hacer eso, la debe hacer la empresa que se certificó, pero sí debería ser pública”, dijo.

Enviamos un derecho de petición al Icontec buscando la información sobre la certificación de Agua Cristal. Hicimos un cuestionario de ocho preguntas, pero ninguna fue respondida. “Nos vemos en la necesidad de negar la presente solicitud de información reservada, en pro de la salvaguarda de los intereses, prerrogativas y derechos existentes en favor de nuestros clientes”, argumentaron.

También le preguntamos a Postobón sobre el número de créditos que necesitaron para certificarse, la compañía respondió: “Es una cifra competitiva y confidencial, no se puede dar por un tema de competencia en el mercado”.

Es decir, solo los actores que hacen pactos económicos entre sí tienen acceso a la información: Cempre, Icontec y Postobón en el caso de la certificación de plástico neutro de Agua Cristal. La misma empresa obtuvo otra certificación de neutralidad de materiales para la marca Hatsu. Nestlé también se hizo a un certificado de neutralidad que anunció en su página web.

“Si el sello fue construido sin transparencia, todo lo que la empresa haga utilizándolo va a estar en el ojo del huracán como producto de una falta de transparencia inicial a la hora de obtener la certificación”, dijo Jackeline Bravo Chamorro, profesora en la maestría de Salud Pública de la Universidad del Valle y docente de Ética en la maestría de Biotecnología de Icesi.

Obtener el sello, anunciarlo y omitir información

Cuando Agua Cristal obtuvo la certificación, Postobón publicó un comunicado de prensa en el que ocultó información relevante: “El proceso contó con la validación de un tercero. En este caso Cempre, entidad experta y referente en economía circular, quien avaló y emitió los créditos que respaldan el proceso de neutralización, lo cual ratifica la transparencia y rigor del proceso”. Lo que Postobón llama un “tercero” es una organización que recibe dinero de la compañía y sobre la cual la empresa tiene poder de decisión.

La profesora Bravo dijo: “Claramente Cempre al tener un representante de Postobón en su junta directiva está ligada a esa empresa, por tanto, la objetividad e independencia del proceso está comprometida. Hay un claro conflicto de interés, y eso genera un sesgo en la medición, interpretación y comunicación de los resultados”, dijo.

En la organización defienden su labor. “En Cempre hay unos modelos de gobierno que evitan que haya una manipulación. Las empresas nunca tienen acceso a estos datos o procesos, somos un ente independiente que acompaña la industria”, aseguró Laura Reyes. Vásquez, del centro de gestión de conocimientos de la misma organización dijo: “Siento que no hay un conflicto de interés porque finalmente nosotros no certificamos a las empresas como material neutral. Precisamente por eso entra el Icontec como ente verificador y validador de ese proceso y la certificación es emitida por ellos”. Además, aseguró que la certificadora hace auditorías de los documentos que ellos aportan para respaldar los créditos de material. Afirmó que llevan una trazabilidad con las asociaciones de recicladores y con las transformadoras sobre la cantidad de plástico que se reintroduce a la cadena productiva.

Postobón también defendió el proceso. “Desde esa perspectiva (la expuesta por Bravo), todo generaría conflicto de interés”, dijo la compañía. “Eso no invalida el ejercicio”, agregó. Además, aseguró que en el proceso hay una “doble verificación”. Se refería a una auditoría que hace la Autoridad Nacional de Licencia Ambientales (Anla). Pero, eso tiene un matiz importante.

Varios pájaros de un solo tiro

VORÁGINE le envió un cuestionario al Ministerio del Medio Ambiente, en su respuesta la entidad confirmó que no ejerce vigilancia sobre el otorgamiento de la certificación. Es decir, el sello surge de un acuerdo entre privados.

A lo que se refería Postobón cuando mencionó a la Anla es a un proceso de aprovechamiento de materiales que sí es vigilado por esa entidad. En 2018 se expidió una resolución que creó la Responsabilidad Extendida del Productor, un marco en el cual hay que reportar unas cifras de aprovechamiento a esa entidad que, en ese proceso sí, hace una auditoría. La meta, de obligatorio cumplimiento, es que las empresas productoras de envases y empaques deben aprovechar en 2025 el 18% de los que ponen en el mercado.

Entonces, aunque Cempre y Postobón mencionaron que el Anla hace una auditoría, esta no tiene que ver con el certificado de plástico neutro. Lo que demostraría esto es que hay empresas que utilizan una parte de lo que por ley le reportan a la entidad para hacer campañas de mercadeo con sellos que le dan ventajas comerciales. Incluso, Red Reciclo se creó tras la unión de varias empresas para cumplir con la responsabilidad extendida del productor.

La neutralidad como obligación

El tema de los certificados de neutralidad está en el Congreso. La representante a la Cámara por el Partido Verde, Katherine Miranda, presentó un proyecto de ley en 2022 para regularlos. “Busca que estas certificaciones estén en manos del Ministerio de Ambiente y no del Icontec, como está pasando en la actualidad. Si Colombia no avanza en una regulación robusta y exigente las empresas van a seguir aprovechándose de los sistemas de una certificación sin impacto real”, dijo en entrevista con VORÁGINE. “Acá también se engaña a los consumidores y se está desviando el foco del problema estructural”, concluyó.

El proyecto de Miranda fijaba la neutralidad plástica como una obligación de las empresas: tres años después de la aprobación de la ley las compañías debían demostrar que recolectaban, reciclaban y transformaban por lo menos el 70% del plástico que pusieran en el mercado. La representante le contó a este medio que tras radicar la iniciativa fue contactada por personas de la Asociación Nacional de Industriales (Andi), organización que representa los intereses de grandes compañías. La representante lamenta que el articulado se hundió porque nunca fue agendado para discusión en la Cámara.

En 2019 la Andi anunció la creación de una norma técnica junto con el Icontec para la “autorregulación” de la industria de bebidas azucaradas. Ese hecho se dio mientras en el Congreso se debatían dos iniciativas a las que la organización gremial se opuso: el etiquetado frontal de advertencia y los impuestos saludables (que gravaban los productos endulzados). La Cámara de Bebidas de la Andi comparte varios integrantes con Cempre: Postobón, Coca Cola y Bavaria. La “autorregulación” fue un argumento que esgrimieron durante meses los lobistas de la industria para acusar que supuestamente eran innecesarias las leyes sobre esos temas.

Postobón y Cempre defienden la certificación del Icontec de neutralidad de materiales como un paso en la dirección correcta de parte de las empresas. Además, resaltan que surtir ese proceso es voluntario. Reyes reconoció que podían haber sido más precisos con los términos que quedaron consignados en la norma técnica: “creemos que de pronto el nombre neutralidad no es el más acertado, debió llamarse circularidad”.

La contaminación sigue avanzando. Investigadores de la Universidad Javeriana encontraron restos de microplásticos en abejas melíferas. Está por verse si se impone una regulación más estricta para que los procesos de certificación dejen de ser un asunto entre privados, y puedan empezar a ser vigilados por la ciudadanía. Por ahora, la única noticia que tienen de los sellos son las celebraciones de las empresas y la figura que ven en las botellas. 

Lea también: 122 visitas al Congreso: así actuó el lobista de Postobón contra los impuestos saludables

*Esta investigación fue financiada, en parte, por Vital Strategies. El contenido es editorialmente independiente y su propósito es arrojar una luz tanto sobre las prácticas ilegales o poco éticas de la industria de alimentos y bebidas, como sobre las poblaciones más vulnerables que, de manera desproporcionada, cargan con la peor parte de la crisis de salud global causada por el consumo de alimentos y bebidas no saludables. A menos de que se indique lo contrario, todas las declaraciones publicadas en esta historia, incluidas aquellas sobre legislación específica, reflejan las opiniones de las organizaciones particulares, y no las de Vital Strategies.

Si tiene más información sobre este u otros temas por favor escriba a [email protected]

Artículos Recientes

Amazonas bonos de carbono Medio ambiente
El mercado de los bonos de carbono ha alterado la vida de las comunidades indígenas del Amazonas, que ahora se enfrentan a las amenazas de organizaciones...
Sociedad Colombiana de Pediatría Ultraprocesados Alpinito Pony Malta Leche en polvo Lactancia materna
Por 25 años, la sociedad científica de médicos que aconsejan a padres y madres sobre la nutrición de sus hijos ha recibido financiación de la industria...
The Inconsistencies Regarding Neutral Plastic Certification That Postobón Isn’t Talking About
VORÁGINE reveals potential conflicts of interest and the concealment of information surrounding the process to certify the Ardila Lülle Organization’s...
Water Hoarding La Calera Tocancipá
What happens when the State does not prioritize water for domestic and human consumption, as required by law, and instead grants concessions to large industries...