30 de marzo de 2022
En 2007, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó un financiamiento de 211 millones de dólares a Venezuela para la ampliación de El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela. Este era uno de los programas de educación musical más reconocidos en el mundo, replicado en decenas de países, y por el que han pasado directores de talla mundial como Gustavo Dudamel.
El proyecto estipulaba la compra de instrumentos musicales, ampliar la matrícula de estudiantes, capacitar al personal docente y construir siete edificaciones para la enseñanza de música, ubicadas en siete ciudades del país. Pero esos centros musicales aún no existen.
De los 211 millones de dólares presupuestados para esto, 150 millones de dólares los daría el BID y 61 millones de dólares correrían por parte del Estado venezolano. La construcción de las siete sedes tenía como objetivo descentralizar a El Sistema en lo administrativo y lo operativo y tener la capacidad para atender el incremento de la demanda que se proyectaba en un futuro.
No obstante, según pudo confirmar esta investigación de Alianza Rebelde Investiga y CONNECTAS, en 2009, el contrato es modificado y el centro que se construiría en Guanare es cambiado por una nueva sede en Caracas, lugar donde se edificó el Centro de Acción Social por la Música, en una primera fase del proyecto.
Quince años después de la firma del contrato, solo se inició la construcción del centro de Caracas, pero desde 2020 está paralizada por falta de recursos. En el resto de las ciudades se sigue esperando por los terrenos y la construcción quedó solo en los planos. En el caso de la sede en Barquisimeto, el espacio se utilizará para instalar una feria de comida.
La Alianza Rebelde Investiga (ARI) —compuesta por los medios El Pitazo, Runrun.es y TalCual— pudo conocer esta realidad a través de reportería en campo: hizo recorridos en los lugares donde se construirían los siete centros y entrevistó a profesores, músicos y gerentes de El Sistema en las ciudades de estudio para conocer los beneficios del programa y el estatus de las obras.
“Me prometieron que si daba clases de música a los jóvenes de El Sistema que tienen un espacio en ese lugar, me pagarían. Todo fue un engaño. Trabajé gratis un año. Nunca me pagaron y me fui”, cuenta el pianista y arreglista Daniel Pineda, uno de los afectados por la falta de recursos del Sistema.
Además, el equipo de reporteros visitó los núcleos ubicados en las ciudades donde se tenía planificado construir los modernos complejos de música y el patrón que se encontró es que no se les hace mantenimiento a las instalaciones, algunos núcleos fueron cerrados y la mayor parte de los espacios en donde operan son prestados o alquilados.
Por otra parte, se revisaron las memorias y cuentas, leyes de presupuesto y leyes de endeudamiento para determinar si los montos reflejados en los documentos presupuestarios de Venezuela no se corresponden con los desembolsos realizados por el banco. La comparación arrojó que el Estado venezolano ha presupuestado 332,94% más del valor inicial del proyecto, mientras las leyes de endeudamiento reflejan que el país planificó endeudarse por 831,18% más del dinero previsto.
El director ejecutivo de El Sistema, Eduardo Méndez, aseguró en entrevista para este especial que cuando iniciaron el proceso de licitaciones, junto al equipo del BID, las ofertas de las empresas eran superiores a lo presupuestado debido al proceso inflacionario que se inició en el país. Por esa razón el contrato se modificó. “La junta directiva del banco aprobó que ese financiamiento se destinara solo a este edificio —el de Caracas— y a todo el equipamiento y el apoyo institucional para la puesta en marcha”, explicó.
La investigación, además, reveló que en las leyes presupuestarias y las memorias y cuentas no hay detalles sobre la cantidad de dinero desembolsado por Venezuela para la ejecución del programa.
Visita el especial multimedia Las notas desafinadas de El Sistemapara conocer los detalles de este trabajo.